María Esther Montes de Garcés fue una de las gimnastas más destacadas que tuvo Panamá en los Juegos Centroamericanos en El Salvador en 1977 y hoy en día es una de las más reconocidas entrenadoras en Panamá.
Fundadora y creadora del Primer Centro Gimnástico Club Marbella, en 1992, de Garcés ha logrado formar muchas gimnastas tras obtener la licenciatura en educación física, una maestría en atención de niños especiales y la certificación de entrenadora de la Federación Internacional de Gimnasia.
Su vida como atleta fue muy buena. “Representé a Panamá en muchos torneos internacionales, antes la gimnasia no era tan popular como ahora”, reconoció de Garcés, quien gracias a la invitación de un amigo llegó a la antigua Zonal del Canal de Panamá.
Fue allí donde comenzó la pasión por enseñar y tomó la decisión de dejar de competir. “Una vez que me retiré comencé siendo entrenadora en la Zonal del Canal por ocho años y luego decidí venirme a la capital a una academia de aeróbicos a enseñar gimnasia allí”, comentó la entrenadora.
Con una sonrisa en su rostro, María de Garcés admite que por sus manos han pasado muchas atletas. “No hay límites, desde 1992 estamos en esto”, pero reconoce que una de las atletas que más la ha marcado ha sido Isabella Amado.
“A ella le di la parte inicial de lo que es este deporte que no es fácil, la ayudé con lo que ella necesitaba para ser la campeona que es hoy, la mejor atleta en gimnasia que tiene Panamá hoy en día”, puntualizó la orgullosa entrenadora.
Trabajar con alrededor de 30 niñas de diferentes edades es algo que necesita de mucha dedicación y amor, según comentó la propia de Garcés. “Además hay que tener confianza con las atletas, porque no es un deporte fácil de llevar”. Además destacó que otro de los ingredientes para su trabajo es tener mucha paciencia”.
Tras 29 años como entrenadora, María de Garcés no tiene de qué arrepentirse en la vida. “Creo que he hecho mucho, porque no solo trabajo con atletas de alto rendimiento, también trabajo con niños de dos añitos, con niños especiales, trabajo con la parte recreativa de incentivar a los padres y a los niños que hay que hacer deporte, siento que en realidad no cambiaría nada, porque estoy haciendo una gran labor”.
La entrenadora confesó que para ella una de sus principales metas es que los niños desde temprana edad sientan la necesidad de practicar algún deporte”.
Tras años de experiencias en el mundo del deporte, María de Garcés admite que para ella su logro más grande ha sido ver crecer su gimnasio. “Comencé con un gimnasio muy, muy pequeño, he ido creciendo y hoy en día tengo lo que soñé; con un equipo completo, con mucha seguridad para las niñas y nosotros los entrenadores también”, sostuvo.
la realidad
Actualmente la gimnasia ha crecido mucho. No solo está el club Marbella, hay una proliferación de atletas y clubes en el país, lo que es bueno para la competitividad local.
“Lo que más me llena de satisfacción como entrenadora , ver cómo en mi país ha ido creciendo el deporte, algo que estaba costando un poco, pero ya hoy en día se han motivado muchos clubes y personas. Esa era mi meta cuando comencé”, finalizó.
Otra de las sorpresas de María de Garcés es que además de entrenar niñas, ha logrado formar entrenadores en Panamá gracias a sus conocimientos.
“Siempre trato de decirle a mis entrenadores que lo más bonito es que nosotros mismos, lo nacional, vayamos creciendo y vayamos levantando nuestras propias atletas”.
Uno de los consejos más sabios que tiene la entrenadora y administradora del club Marbella es que hay que invertir tiempo en la gimnasia. “No es un deporte fácil, es un trabajo de mucha dedicación y muchas horas”.
Actualmente, ella entrena niñas desde hasta tres años de edad, que diariamente van entre una a cuatro horas, todo depende del grado de entrenamiento y facilidades que tengan.
“Normalmente, lo que más se trabaja son las niñas que forman parte de la selección de gimnasia de Panamá, con ellas se trabajan cuatro horas diarias”, indicó.
Como muestra de gratitud de la vida hacia María de Garcés, su hijo Jahir también mostró interés en la gimnasia y en ser entrenador. Actualmente trabajan juntos en el gimnasio.
Ella admite que después de todo lo que tiene, a lo que aspira es llegar muy lejos con sus niñas y su club y que la gimnasia siga creciendo cada vez más en Panamá.
Una de las filosofías de María de Garcés es que la actividad física es un estilo de vida y que la promoción de valores es esencial para el desarrollo de todo atleta.
Gracias a ese empeño que ella ha puesto durante años a su trabajo, ha logrado llevar a sus niñas a competencias en Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Venezuela, México, entre otros.
Algo que la motiva cada día más, es ver cómo sus atletas se esfuerzan para tener una buena rutina y aprender cada día durante los entrenamientos y de igual manera lo hacen en la escuela.
Sin duda alguna, una de las ilusiones de de Garcés es lograr formar una atleta panameña que llegue a las olimpiadas por primera vez, mientras, sigue trabajando sin descanso con cada una de las integrantes de su equipo, que se ha consolidado como uno de los más competitivos de Panamá y Centroamérica.

