DeMar DeRozan considera que la diferencia entre la temporada regular y los playoffs en la NBA es tan grande como la que existe entre las damas y el ajedrez.
Y en las partidas recientes, DeRozan y los Raptors se afanaron por vencer a LeBron James, quien es el gran maestro. Su incapacidad para derrotarlo habría dejado al entrenador Dwane Casey al borde de un cruel jaque mate.
La postemporada de Toronto terminó el lunes por la noche de una forma conocida y ante un verdugo habitual. James y los Cavaliers de Cleveland lograron su segunda barrida seguida sobre los Raptors en la segunda ronda de unos playoffs.
Es el tercer año consecutivo en que los Cavs han eliminado a Toronto en la postemporada.
Los Raptors impusieron un récord de la franquicia, con 59 triunfos en la temporada regular, con lo que finalizaron en la punta de la Conferencia del Este. Pero eso sólo hace que la eliminación sea más amarga para DeRozan. “Esta es probablemente la sensación más difícil, frustrante, difícil y mala que he tenido”, reconoció. “Uno llega a un punto en que se siente firme en todos los aspectos y siente que no puede ser eliminado de nuevo. Luego, uno se da cuenta que sí puede ser eliminado. Y ese es el peor de los sentimientos”.
Su compañero Kyle Lowry lució igual de abatido. Consideró que todo el año fue un “desperdicio”, pese a los logros históricos de Toronto.

