La pequeña Eslovenia se clasificó para el Mundial al derrotar a Rusia 1-0 en Maribor, en un partido en el que el equipo del holandés Guus Hiddink jugó con fuego y lo pagó muy caro.
De esta forma, los eslovenos disputarán el segundo Mundial de su corta historia -participaron en Japón y Corea del Sur en 2002- y los rusos se quedan otra vez a las puertas, como ya ocurriera en el de Alemania 2006.
Además, Hiddink emborrona su impecable historial al no poder disputar su cuarta Copa del Mundo tras dirigir a Holanda (1998), Corea del Sur (2002) y Australia (2006), mientras el genial Andrei Arshavin sigue sin debutar en el mayor escenario del balompié mundial.
El mago holandés no cumplió con su promesa y sus pupilos no salieron por el partido, sino que intentaron conservar el peligroso resultado de Moscú (2-1), sirviendo en bandeja la iniciativa a los ex yugoslavos.
El gol de la clasificación cayó en el minuto 44 en un centro lejano desde la banda de Birsa que fue aprovechado por Dedic, quien venía lanzado desde atrás, y se adelantó a los dos centrales para colocar el balón con el pie derecho en la esquina de la portería defendida por el ruso Akinfeev.

