Un grupo de científicos descifró el secreto de un famoso tiro libre de Roberto Carlos que pareció desafiar las leyes de la física.
En el que muchos consideran como uno de los mejores tiros libres en la historia del fútbol, el zaguero de la selección brasileña le pegó al balón con la parte externa del botín desde unos 35 metros, la pelota hizo una gran comba por afuera de la barrera de Francia y se metió pegado al palo, en un partido amistoso en 1997.
“Lo que pasó ese día fue muy especial”, dijo a la AP el investigador David Quere.
“Nos topamos con una ley inesperada de la física, pero es posible que se repita”.
Quere, un físico del Politécnico ESPCI y Ecole en París, y sus colegas desarrollaron una ecuación para explicar la rara trayectoria del remate. Utilizando una pequeña pistola para disparar balas al agua a 100 kilómetros por hora –la velocidad aproximada del tiro libre de Roberto Carlos– descubrieron que la trayectoria de una esfera que gira es un espiral.
Quere dijo que el estudio, que fue publicado en el Nuevo Diario de Física, confirmó el “efecto Magnus”.
