SAN FRANCISCO, EU. (EFE). - El ex pelotero Bobby Bonds, que fue uno de los primeros beisbolistas de las Grandes Ligas que combinó el poder de su bate como jonronero, con su velocidad para robar bases, y que además fue padre de uno de los estrellas de la gran carpa, falleció ayer sábado, a la edad de 57 años.
Bobby, padre de Barry Bonds, se encontraba enfermo desde hace casi un año, sufriendo de un tumor en el cerebro y con cáncer de pulmón, y finalmente fue vencido por ambas enfermedades.
La última aparición en público de Bobby fue el miércoles pasado, cuando asistió al "Pacific Bell Park" para ver a su hijo jugar para los Gigantes de San Francisco.
Un vocero de los Gigantes informó que Bobby Bonds murió aproximadamente a las nueve de la mañana.
Se informó también que Barry dejará el equipo de manera temporal e indefinida.
En abril de este año, Bobby fue sometido a una operación por un tumor cerebral, al mismo tiempo que sufría los estragos del cáncer pulmonar, mientras que en junio debió ser internado con neumonía.
Bonds fue tres veces "All-Star" y Jugador Más Valioso en la campaña de 1973, se voló la barda 332 veces y se robó 461 bases para los Gigantes, los Yanquis de Nueva York, los Angelinos de California, los Medias Blancas de Chicago, los Vigilantes de Texas, los Indios de Cleveland, los Cardenales de San Luis y los Cachorros de Chicago.
Su promedio de bateo fue de .268, y remolcó 1.024 carreras, además de haber ganado tres Guantes de Oro por su labor como guardabosques.
Bobby se convirtió en el segundo pelotero de la Liga Nacional en conectar 30 vuelacercas y robarse 30 bases en la misma campaña, en 1969, jugando para los Gigantes.
El primero en lograr esa hazaña fue su amigo Willy Mays, padrino de Barry.
Después de esa temporada, Bobby alcanzó la misma marca en cuatro ocasiones durante su carrera de 14 temporadas, mientras que Barry lo ha hecho en cinco ocasiones, pero ningún otro pelotero lo ha logrado más de tres veces.
