OPINIÓN
Yo digo las cosas con mucha claridad y en verdad no puedo estar de acuerdo con el manejo administrativo que la Federación Panameña de Béisbol (Fedebeis) le está dando a la pelota criolla. Especialmente en lo relativo al caso del pelotero Alberto Acosta, a quien tuvieron que levantarle la sanción por un acto de indisciplina, luego de encontrar que habían aplicado mal la norma al utilizar una reglamentación que no tenía vida jurídica.
Sinceramente me da lastima ver cómo está el deporte nacional, especialmente nuestro sufrido béisbol, mientras en otros países del área están plenamente dedicados a impulsar la calidad del deporte, aquí no salimos de los problemas.
Claro que no puedo estar conforme con las decisiones que está tomando el máximo organismo del béisbol y recuerdo que uno de nuestros primeros señalamientos hechos al dirigente Wigberto Quintero apuntaba a que lo primero que había que hacer para ir erradicando el gran cáncer que sufre el béisbol era revisarse y despojarse de todos los vicios que han afectado la pelota en su andar en los últimos años.
Pues bien, el veredicto final del caso Acosta, tristemente, me hace pensar que seguimos incurriendo en los mismos vicios que han hundido en un fango a nuestro béisbol desprotegido y el cual se maneja con un sistema arcaico, en el que los presidentes de liga son los que deciden hacia qué lado del terreno se deben dirigir los batazos, deteniendo el avance de la pelota istmeña. Así de sencillo. Estos nuevos dirigentes, a los que conozco por su capacidad y conocimiento, creo van a necesitar asesorarse mejor para no cometer los mismos errores por los que cuestionamos duramente en este espacio al exdirigente Franz Wever, quien lamentablemente falló a la hora de tomar decisiones importantes, por actuar de manera improvisada sin hacer las consultas del caso y hasta caprichosa.
Es censurable el comportamiento tan titubeante que mostró a la hora de mantener una decisión sobre este sonado caso la Fedebeis, y quedan en el aire muchas cosas.
