MELBOURNE (DPA).-Francia consumó ayer la sorpresa y conquistó su novena Copa Davis de tenis al derrotar a Australia por 3-2 en la final disputada en Melbourne, con Nicolas Escude como héroe.
Escude, que ya había vencido el pasado viernes al número uno del mundo, Lleyton Hewitt, logró el punto decisivo al derrotar a Wayne Arthurs ante la mezcla de estupor y decepción de los 15 mil aficionados que abarrotaron el Rod Laver Arena, entre ellos Patrick Rafter, que no pudo jugar el último partido por lesión.
La jornada final, a la que los franceses llegaron con ventaja de 2-1, fue apasionante. Primero Hewitt niveló la contienda al derrotar por 6-3, 6-2 y 6-3 a Sebastien Grosjean, repitiendo su victoria de la reciente Copa Masters.
Pero el esfuerzo del mejor jugador de 2001 fue en vano. En el decisivo partido final, Escude superó la presión y conquistó la ensaladera para Francia, que vengó así el triunfo australiano en Niza hace dos años en la final.
La lesión de Rafter, que se resintió de sus molestias en un hombro, puso todo el peso sobre los hombros de Arthurs, un experto en dobles de 30 años que sólo había aparecido en cuatro ocasiones anteriores en los individuales de la Davis.
Apoyado por el entusiasta público, Arthurs plantó cara al francés, pero enfrente se encontró con un Escude inspirado que lo venció por 7-6 (7-3), 6-7 (5-7), 6-3 y 6-3, y que cierra su participación en la Davis 2001 con un expediente impecable: ocho victorias, ninguna derrota.
La emoción embargó a Escude tras la victoria, tanto que se quedó sin palabras. "Jugué muy bien todo el fin de semana. Es increíble ganar la final de la Copa Davis. No puedo hablar", fueron sus únicas declaraciones. "Yo tampoco puedo hablar demasiado bien", admitió entre sonrisas el capitán galo, Guy Forget. "Estoy muy orgulloso de estos chicos", agregó el ex jugador, que afirmó que tenía fe en el talento de su equipo, pero admitió que no podría haber imaginado que los hechos se desarrollarían de forma tan dramática.

