Hace casi 13 años el entrenador colombiano José Cheché Hernández le dio la oportunidad a Gabriel Torres de debutar con la selección nacional en el penúltimo compromiso de la eliminatoria para Alemania 2006. Con 16 años y 11 meses el jugador entraría a la historia del fútbol panameño como el futbolista más joven en jugar un partido oficial con el seleccionado de Panamá en estas lides.
Eliminados de cualquier opción, Torres estuvo 75 minutos con la selección hasta ser reemplazado por Jorge Dely Valdés en el partido que se perdió 1-0 contra Trinidad y Tobago, en el Rommel Fernández.
Trece años después, Torres está en la recta final de jugar la Copa del Mundo después de haberlo hecho con la Sub-20 en el Mundial de Canadá 2007.
Hoy, con 29 años de edad, Torres dice que como jugador que va a disputar este tipo de competencia, “se siente mucho nerviosismo”, y agrega, que todo eso se hace evidente en “los últimos partidos del semestre en el club, tratando, que ni Dios lo quiera, se de una lesión o acá en los entrenamientos”.
Sin embargo, advierte “que la ilusión es muy grande en el equipo y estamos muy ilusionados con representar dignamente a Panamá en su primer Mundial y ojalá todo nos salga bien”.
En su momento Torres se perfilaba como la nueva joya del fútbol panameño antes de jugar ese partido histórico de la eliminatoria del 8 de octubre de 2005, ya por ese entonces el jugador había mostrado sus quilates con el Gastón Faraudo en los Juegos de Codicader, con el Chepo y el San Francisco.
A nivel de selecciones venía de jugar con la Sub-17 en la eliminatoria de Honduras de 2005 y estuvo en el Mundial de Canadá de 2007.
Gary Stempel
En el recorrido de 13 años, el actual número nueve de la selección había tenido dos experiencias cortas, en el Mánchester United, y una con el Marsella. Hoy Gary Stempel hace referencia a esos episodios.
“Al inicio él tenía un futuro muy prometedor, se fue al Mánchester en compañía del señor Johnson y mi persona, para hacer una prueba que pasó con el equipo inglés. Después tenía que regresar al Mánchester, porque primero tenía que jugar con la Sub-20. Recuerdo que el representante de Gaby, Felipe Posso, tuvo una oferta del Marsella, de Francia”, señaló Stempel.
Sin embargo, subrayó Stempel, que “la segunda vez se tuvo que ir solo a Inglaterra, tal vez por la falta de madurez que él tenía en ese momento, se quería regresar, no quería entrenar. Sufrió por la falta de preparación para estar en un club grande”.
El técnico recordó que estuvo una semana en el Marsella, pero tampoco quería entrenar, los entrenadores y técnicos estaban muy frustrados con él.
“Gaby fue un jugador muy cotizado en sus inicios, pero le costó mucho alcanzar esa madurez que se necesitaba para salir de tu país, para tratar de vivir en un ambiente totalmente diferente, lenguaje diferente, clima diferente, y pensé que después de todos esos rechazos de él, no de los clubes, él podía perderse, pero hay que darle crédito a él, que encontró la vía para mejorar, para asegurar que el fútbol le puede dar un buen futuro para él, su familia, su esposa, su hija, y ya hoy es un jugador fijo de la selección, un futbolista importante, ya ha jugado en Europa, MLS, ya está en Chile”, mencionó Stempel.
Stempel dice que nadie puede negar el talento que tenía Gaby en sus inicios.
“Un talento nato, de su velocidad, de la manera en que podía controlar la bola, su amague, sus fintas, y creo que muchos equipos de grandes trayectorias vieron algo en él, y ese talento siempre ha estado con el jugador, la única cosa que faltaba era tener esa cabeza madura para enfrentar las situaciones difíciles, pero él pudo superar eso. Por eso todos los entrenadores que han pasado por Panamá han visto a Gabriel como un jugador esencial para la selección, porque lo ha demostrado con su talento, con su fútbol, y al final él encontró esa consistencia que era necesaria”, indicó Stempel.
El cambio
Cuando Gaby Torres emigró al fútbol colombiano con La Equidad, su nombre se volvió a escuchar y a leer en los medios de comunicación. Luego de un exitoso paso por ese club de la capital colombiana, el delantero panameño fue fichado en 2009 por uno de los clubes grandes de ese país, el América de Cali, que venía de ser campeón y que se aprestaba a jugar la Copa Libertadores de América. “El niño del gol” le llegaron a apodar los medios colombianos.
En 2009, con Gary Stempel como entrenador, Torres formó parte de ese plantel que se coronó campeón de la Copa Centroamericana disputada en Honduras, pero sin llegar a ser todavía el jugador que había deslumbrado a sus 17 años.
En 2013 comenzó a recuperar la memoria con la selección nacional, terminando como máximo artillero en la Copa Oro 2013, que dirigió el entrenador panameño Julio Dely Valdés.
Un poco más maduro y con mucha experiencia internacional, Gaby Torres hizo parte del proceso para Rusia 2018, pero no la tuvo fácil, tuvo que ganarse el puesto a pulso ante jugadores emblemáticos como Luis Tejada y Blas Pérez.
Tal vez los dos momentos más recordados de Torres se dieron en el Azteca, cuando no pudo empalmar el balón en la última jugada del partido que terminó a favor de México por 1-0, y la joya de gol que consiguió desde casi tres cuartas partes de la cancha ante Trinidad y Tobago.
