RIO DE JANEIRO, Brasil (EFE).- La generación de relevo del fútbol brasileño, encabezada por Diego, Robinho y Kaká, viajó ayer hacia México, donde a partir del próximo sábado disputará la Copa de Oro.
Brasil estará representado en ese torneo por su selección sub'23, que será la base del equipo que buscará la clasificación para los próximos Juegos Olímpicos y, de conseguirlo, luchará por la medalla de oro, el único trofeo que aún no está en las vitrinas nacionales.
El seleccionador Ricardo Gomes lamentó no haber tenido la oportunidad de reunir a sus jugadores hasta ayer, en el aeropuerto, debido a los compromisos impuestos por el campeonato nacional.
"En México sólo tendremos tres días para entrenar y eso es muy poco. Mañana (hoy martes) deberemos hacer actividades ligeras, por el cansancio del viaje, y sólo a partir del miércoles los jugadores se podrán entrenar como es debido", declaró antes de partir.
Gomes admitió que los cuatro jugadores del Santos convocados serán la base del equipo, "porque son quienes más se conocen". Se trata del defensa Alex, los centrocampistas Diego y Paulo Almeida y el delantero Robinho, piedras angulares del equipo que la semana pasada perdió la final de la Copa Libertadores frente al Boca Juniors argentino.
