LOS ANGELES, EU (Univisión, vía internet). Oscar De la Hoya defenderá por primera vez el título superwelter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) el próximo 8 de diciembre en el Olympic Auditorium de Los Angeles ante el ruso Roman Karmazin y luego espera cumplir una ambiciosa agenda que incluye varios combates grandes.
De la Hoya (34-2, 27 KO's), quien regresará al lugar donde conquistó su primer cinturón como profesional -el cetro superpluma de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) ante Jimmy Bredahl en 1994-, aseguró que no subestimará a Karmazin (28-0-1, 18 KO's), ya que tiene un buen récord, aunque sea prácticamente un desconocido.
"No sé casi nada de él, pero ya vi un par de sus peleas y no es como todos los boxeadores europeos", dijo De la Hoya durante la conferencia de prensa en el hotel St. Regis de Century Cityn donde se hizo el anuncio oficial del combate.
"Va a ser una pelea difícil, pues Karmazin tiene un estilo de boxeo que no es europeo, ya que mantiene la guardia alta", añadió.
Muchos de los presentes en la conferencia de prensa vieron por primera vez al retador número uno del CMB en las 154 libras y aunque Karmazin es el ex campeón europeo de esta división, cinturón que dejó vacante para tomar esta pelea, el ruso no es ningún "Ivan Drago".
Al contrario, Karmazin es posiblemente un "pelito" más alto que De la Hoya, pero no por su cabellera, puesto que está prácticamente calvo y su físico no es nada del otro mundo.
Karmazin enfrenta varios obstáculos
Karmazin llegó el martes a Los Angeles, pero sin su equipo de trabajo, ya que su entrenador, médico, "sparring" principal y sus manejadores no pudieron entrar a los Estados Unidos porque se les negó la visa. El único que recibió permiso para entrar al país fue su chef. Esto deja a Karmazin en una situación muy frustrante en momentos que tiene que prepararse a fondo para el combate de su vida.
"Me parece que es injusto que piensen que puedo estar bien preparado, sin tener a mi equipo a mi lado", dijo Karmazin a través de un intérprete.

