Con una sanción que lo mantiene fuera de las canchas que lo vieron elevarse a lo más alto de la cúspide del tenis mundial, el argentino Guillermo Cañas no ha bajado los brazos y asegura tener las suficientes pruebas para ganar la batalla más dura en su carrera profesional ante la Corte Arbitral del Deporte.
Un Cañas optimista por su futuro y feliz de poder brindar lo lo mejor de su tenis en canchas panameñas, no rehuyó los cuestionamientos de la prensa nacional sobre el tema del doping y dejó claro ayer que la sanción que lo sacó en el 2005 de las canchas no significa el fin de su carrera como tenista profesional.
La Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) suspendió de las competiciones oficiales a Cañas por un período de dos años, tras resultar positivo por consumo del diurético hydrochlorothiazide (HCT), en un control antidoping el 21 de febrero de 2005 en el torneo ATP de Acapulco, México.
El tenista presentará un recurso de apelación la próxima semana en la ciudad de Nueva York ante autoridades de la ATP.
"Mis expectativas son las de volver a las canchas para volver a estar en mi mejor nivel. Tengo más argumentos y pruebas que voy a presentar para demostrar que cometieron una injusticia", dijo Cañas.
La sanción fue la mayor dentro de los casos de estas características al detectarse por primera vez.
