PARIS, Francia (EFE). El ex entrenador del Lyon Jacques Santini fue nombrado ayer seleccionador de Francia, con el encargo de clasificar al equipo para la Eurocopa 2004, en la que defenderá el título logrado hace dos años, para lo cual tendrá que reconstituir un grupo convulso tras el fracaso del Mundial 2002.
El nuevo patrón de los "bleus" tendrá que renovar el grupo con el que Roger Lemerre fracasó en Japón y Corea del Sur y que es, salvo escasas excepciones, el mismo con el que Aimé Jacquet alzó la Copa del Mundo en 1998.
En sus primeras declaraciones ha dejado ver que contará con hombres de experiencia, por lo que todo hace indicar que no habrá una gran revolución en la selección.
Santini, que se define a sí mismo como un "hombre de resultados", ha hecho valer su palmarés para imponerse a los otros tres candidatos, el seleccionador sub'21, Raymond Domenech, el antiguo adjunto de Lemerre, René Girard, y el hasta ahora entrenador del equipo de Japón, Philippe Troussier.
Frente a la continuidad que hubiera supuesto el nombramiento de Domenech o Girard, y la revolución que representaba Troussier, Santini encarna una ruptura moderada, la entrada de aire nuevo pero sin acabar con todo lo anterior.
Su propósito de contar con parte del cuerpo técnico y médico y con los trabajadores de la federación garantizan la estabilidad en el seno de una institución que no pasa sus mejores momentos.
Por primera vez desde 1992, el banquillo de los "bleus" estará ocupado por un hombre que no procede del entorno de la Federación, aunque Santini pasó dos años en la Dirección Técnica Nacional (DTN), la escuela de entrenadores que formó a los últimos tres seleccionadores.
Santini, sin duda el entrenador con mejor palmarés de los que optaban al cargo, contaba con el apoyo de Michel Platini y con el valor añadido de haber logrado la última liga francesa, la primera de la historia del Lyon.
El nuevo seleccionador tiene mucho más prestigio que su predecesor, que cuando llegó al cargo era un desconocido, pero comparte con él su aversión a la prensa, con la que no han faltado los roces en los dos últimos años en los que ha estado al frente del Lyon.
El nombramiento no ha estado exento de consenso, incluido el de los jugadores.
