Roberto Durán tuvo muchos problemas para vencer al cubano Angel Robinson García el 15 de enero de 1972. El veterano púgil utilizó todos los recursos que la experiencia de 17 años le daban para enredar al prospecto chorrillero.
Pero Robinson García no fue el más difícil escollo que tuvo el corajudo púgil panameño ese año. Después de lograr el título ligero de manos del escocés Ken Buchanan el 26 de junio, Durán realizó tres peleas más en 1972.
Una de ellas frente al boricua Esteban De Jesús, contra quien perdería su condición de invicto y con quien sostendría una de las más enconadas rivalidades de la época.
Durán y De Jesús celebraron tres encuentros entre 1972 y 1978 y en cada uno de ellos hubo mucha animosidad, rivalidad y dramatismo. En el primero, el isleño sorprendió al mundo; en el segundo, ya había un título de por medio, y en el tercero una unificación.
Un detalle curioso antes de entrar en materia. Roberto y Esteban podrían haberse enfrentado mucho antes, si el destino no le hubiera jugado una mala pasada al panameño. Roberto no fue convocado para representar a Panamá en los Panamericanos de Winnipeg en 1967, juegos a los que sí asistió De Jesús en la división mosca, la misma categoría en la que militaba el chorrillero.
La primera pelea El 17 de noviembre de 1972 Roberto Durán pisó por tercera vez el Madison Square Garden de la ciudad de Nueva York para enfrentarse a De Jesús, un púgil que presentaba una sola derrota en 33 combates y con 19 triunfos por antes del límite.
De Jesús, de 20 años, había perdido su invicto en un choque a 10 asaltos en 1971 frente al venezolano Antonio Gómez, quien apenas tres meses antes había logrado la faja mundial de los plumas. Su hoja profesional presentaba triunfos sobre el también venezolano Leonel Hernández, el cubano Angel Robinson García y el estadounidense Doc McClendon, con quien Durán se enfrentaría un año después.
En síntesis, Esteban De Jesús era un rival que en el papel se mostraba difícil, pero en la práctica lo fue mucho más.
De Jesús sorprendió a propios y extraños y desde el campanazo inicial impuso su ritmo, enviando a la lona por primera vez en su carrera al bisoño campeón del mundo.
El Panamá América ilustró a sus lectores sobre este encuentro de esta forma: "Lento, falto de aire, confundido y desarticulado, Durán no demostró las cualidades que le valieron el título que hoy ostenta".
"El boricua llevó el tren de la pelea y en el primer asalto con un gancho de izquierda logró derribar al panameño, que se levantó antes de terminar la cuenta preventiva confundido y un tanto mareado por el golpe".
"A partir del segundo asalto el panameño continuó recibiendo castigo por fuertes golpes de derecha e izquierda, que el puertorriqueño le asestaba en momentos que retrocedía. Una y otra vez Durán intentaba lanzarse al ataque para detenerse antes de entrar en distancia y con inofensivos jabs de izquierda demostraba su incapacidad para descifrar a De Jesús".
"En el décimo fue un asalto en que De Jesús demostró una amplia superioridad en su boxeo sobre Durán, cuando se dedicó a bailar y boxearlo sin entrar en el cuerpo a cuerpo. La pelea era del puertorriqueño ya para entonces e inteligentemente terminó sin que Durán lograra un golpe de gracia, que era su única esperanza".
Durán y su séquito llegaron a Panamá cabizbajos y con la promesa de que en una próxima oportunidad todo sería diferente.
La vida siguió su curso La derrota ante De Jesús no fue obstáculo para que el campeón panameño realizara con éxito la primera exposición de su cetro ligero casi dos meses después. El 20 de enero de 1972 el estadounidense Jimmy Robertson es noqueado en cinco vueltas por el monarca mundial.
Después vinieron tres encuentros más, todos frente a púgiles mexicanos, antes de realizar su segunda exposición ante el australiano Héctor Thompson. La pelea fue electrizante desde el primer asalto y hasta su culminación en el octavo, el público se mantuvo en vilo por lo furioso de las acciones.
No hay duda de que el encuentro con el australiano Thompson, quien cayó dramáticamente, le puso el sello de campeón que tanto necesitaba Roberto Durán. Después vino una tercera exposición ante el japonés Itshimatsu Suzuki, quien también cayó por antes del límite.
Diez combates hizo el cholo istmeño en 15 meses antes de volverle a ver la cara a su verdugo, el puertorriqueño Esteban De Jesús, pero ahora en circunstancias totalmente diferentes.
En efecto, Durán estaba mucho más maduro, ya era un campeón en todo el sentido de la palabra y pelearía en su tierra ante sus compatriotas, quienes también esperaban con ansias esta pelea.
De Jesús no se quedaba atrás. Después de su victoria sobre Durán, había logrado ocho triunfos seguidos, dos de ellos ante el estadounidense Ray Lampkin y uno frente al ex monarca panameño Alfonso Frazer, a quien noqueó en dos asaltos.

