Es, entre otros puestos, miembro del comité ejecutivo del Comité Olímpico Internacional (COI), presidente desde hace 29 años de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa), presidente de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales (ANOC), de Solidaridad Olímpica y, hasta hace un par de años, del Comité Olímpico Mexicano.
Y, tras su reelección esta semana en San Antonio, Texas (EU) al frente de la Odepa por otros cuatro años, cumplirá 33 años al frente del deporte del continente.
"Si Dios quiere y la asamblea lo autoriza, estaré en Río 2007 presidiendo los Juegos. En 2011, ya será cosa de Dios", dijo hace pocos meses el mexicano de 71 años. "Cuando deje la Odepa, dejaré todo, todo al mismo tiempo", agrega.
El pasado miércoles, al ser reelecto por un nuevo período, Vázquez Raña declaró: "Gracias por darme cuatro años más, se los acepto con mucho respeto y cariño (...) mi continuidad es un compromiso más".
Cuando se le pregunta por su pluriempleo, responde: "Me gusta el deporte". Pero lo cierto es que lo que le gusta sobre todo a Vázquez Raña es el poder. A diferencia de su hermano Olegario, recordista mundial en tiro en los años 70 y cuatro veces representante olímpico mexicano, Mario Vázquez Raña fue un discreto tirador que pronto vio que lo más rentable era ser dirigente.
Fue así que en 1969 se convirtió en presidente de la Federación Mexicana de Tiro, y cuatro años después en el máximo responsable de la Confederación Sudamericana de ese deporte. Casi simultáneamente fue elegido miembro del Comité Olímpico Mexicano (COM), cuya presidencia ostentó durante 27 años, entre 1974 y 2001. En 1975 llegó a la presidencia de la Odepa, y en 1979 a la de la ANOC, hasta que en 1991 logró la gran meta: entrar al COI.

