Han pasado 26 años desde que Rod Carew ingresó al Salón de la Fama de las Grandes Ligas, un hecho que todavía ningún panameño ha podido emular. Ayer le correspondió a Tim Raines, Iván Rodríguez y Jeff Bagwell ser los nuevos inquilinos de la casa de Cooperstown.
En ese recinto se han inmortalizado a más de 250 peloteros, y solo Carew, que ingresó en 1991, lo ha hecho por Panamá. Otros dos compatriotas tienen la oportunidad, se trata Carlos Lee y Mariano Rivera, que ya son elegibles para las clases de 2018 y 2019, respectivamente. No recuerdo que ningún otro jugador panameño, de los 58 que han jugado, haya estado ni cerca de ser considerado en la lista previa. Así es de exigente este recinto, así es de difícil entrar. Primero hay que ser preseleccionado y después se va a una votación en la que se debe lograr el 75% de los votos de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (Bbwaa, por sus siglas en inglés).
Además, las reglas actuales exigen que los jugadores deben tener al menos 10 años de experiencia y estar retirados por lo menos durante 5 años. Lee y Rivera cumplen con todos estos requisitos. Sin embargo, la tarea no es fácil. Lee, un coclesano que jugó en la primera base y los jardines con los Medias Blancas de Chicago, Milwaukee, Texas, Houston y Miami Marlins fue escogido entre 18 ex grandes ligas elegibles para la clase de 2018. Lee tuvo una carrera decente como bateador, con 358 jonrones y mil 363 carreras empujadas en 14 temporadas. Buenos números, lo malo es que los cronistas se olvidan de esos guarismos, si no son productivos para los equipos, es decir, ganan campeonatos.
El de Aguadulce fue tres veces al Juego de las Estrellas (2005, 2006 y 2007) y ganó el bate de plata en 2005 y 2007, pero terminó su carrera sin un anillo de Serie Mundial. Lee tendrá que luchar contra Andruw Jones, Trevor Hoffman, Vladimir Guerrero, Roger Clemens, Barry Bonds, Curt Schilling y Sammy Sosa, entre otros. Para Mariano Rivera, nacido en La Chorrera, no será tan exigido, sus registros lo ayudan. Es el líder salvador de todos los tiempos, pero para el chorrerano todavía no es su hora.
Solo para recordar, Carew jugó 19 temporadas, fue 7 veces campeón bate y tuvo promedio de por vida de .328. Perteneció a las novenas de Minesota y California, y además se robó el plato en 17 ocasiones. Ahora es el tiempo de festejar por Tim Raines, Iván Rodríguez y Jeff Bagwell, tres leyendas, y de meditar por los nuestros.
