Miles de musulmanes llegados del mundo entero rezaron juntos delante del ataúd de la leyenda del boxeo Muhammad Ali, ayer jueves en una tradicional ceremonia funeraria celebrada en su ciudad natal, en el corazón de Estados Unidos.
El mundo comenzó a decirle adiós en el lugar donde nació, en Louisville, de manera religiosa y universal, tal como él lo anhelaba.
Los funerales comenzaron con una plegaria musulmana, abierta a todos, recordando la espiritualidad del triple campeón mundial, muerto el viernes pasado a los 74 años en un hospital de Phoenix, Arizona, después de luchar durante más de tres décadas contra la enfermedad de Parkinson.
“Damos la bienvenida a los musulmanes, damos la bienvenida a los miembros de las demás religiones. Acogemos a los policías, a nuestras hermanas, a nuestros ancianos y a nuestros jóvenes”, dijo el imán Zaid Shakir, que presidió la ceremonia.
Bautizado como Cassius Clay al nacer en un barrio negro de Louisville en 1942, en la época de la segregación racial, el boxeador se hizo musulmán en 1964, cambiando su nombre por Muhammad Ali.
Esta conversión dejó estupefacto a Estados Unidos.
Numerosos dignatarios islámicos se encontraban presentes, así como el presidente turco Tayyip Erdogan. También Louis Farrakhan, dirigente de la organización Nación del Islam, y el pastor Jesse Jackson, gran militante de los derechos civiles.
Hoy viernes en la mañana se desarrollará la segunda parte de las exequias, con una larga procesión de la carroza que transportará el ataúd de Muhammad Ali por la ciudad.
El trayecto de 30 km recorrerá los sitios emblemáticos de la historia del hombre coronado como el “deportista del siglo XX”: su casa de la infancia, el museo en su honor, el Centro del Patrimonio Estadounidense Africano, que describe la vida de los negros de Kentucky, y el bulevar Muhammad Ali.
Los restos del gigante, que trascendió al mundo del boxeo gracias a su lucha por los derechos civiles, serán llevados luego al cementerio.
Su entierro, en presencia de los hijos de Ali, seráíntimo, con el actor Will Smith y el excampeón del mundo de boxeo Lennox Lewis cargando el ataúd con otras seis personas.
Will Smith interpretó a Muhammad Ali en la película de Michael Mann, Ali, estrenada en 2001, papel que le valió una nominación al Óscar como mejor actor.
El último momento solemne de los funerales será una ceremonia de homenaje que congregará a jefes de Estado, dignatarios y otras 15 mil 500 personas en un salón deportivo de Louisville.
El expresidente Bill Clinton y el comediante Billy Cristal pronunciarán allí algunos de los discursos fúnebres.
