Los amantes del fútbol suelen "contar" sus ciclos vitales en función de la ineludible cita que viven cada cuatro años: el Mundial. Sin embargo, es un error de percepción, ya que el torneo ecuménico más importante empieza unos tres almanaques antes de la ronda final, con la disputa de las eliminatorias.
En sentido estricto, entonces, el Mundial de Sudáfrica 2010 ya empezó el lunes último, con la disputa de la primera fecha de la ronda preliminar de la Zona Asiática, y continuará este fin de semana, con el arranque de la clasificación en la futbolísticamente más poderosa Sudamérica.
"En la práctica, comienza el Mundial", dijo el entrenador de Argentina, Alfio Basile, en la antesala del choque entre la selección "albiceleste" y Chile, en Buenos Aires.
Hoy, sábado, cuando el balón eche a rodar en el estadio Monumental, faltarán exactamente 971 días para el puntapié inicial del primer Mundial de la historia en suelo africano. Precisamente, el hecho de que el certamen de 2010 se dispute allí es el principal aliciente para Sudamérica, cuyos representantes -en realidad, Brasil, Argentina y Uruguay- ganaron todos los mundiales escenificados fuera de Europa.
El sistema de disputa de las eliminatorias Sudamérica permanece tal como lo quería la Conmebol: todos contra todos, a partidos de ida y vuelta, aunque en esta oportunidad, y para satisfacer la demanda de los clubes europeos que se quejan por el desgaste al que se exponen sus jugadores por los constantes viajes, todas las jornadas serán dobles, es decir una fecha se jugará el fin de semana y la otra inmediatamente entresemana.
Las eliminatorias otorgarán cuatro cupos y medio, es decir que la selección que termine en quinto lugar deberá jugar un repechaje, en esta oportunidad ante un representante de la Concacaf.
A priori, ambos "gigantes" parten como favoritos, por presente y por historia.





