Tras una interrupción de ocho años debido a la Primera Guerra Mundial, los Juegos Olímpicos llegan a Amberes (Bélgica).
La ciudad belga, duramente bombardeada durante la guerra, fue designada poco después del final de los combates. Los Juegos fueron voluntariamente austeros. Ni Alemania ni sus aliados durante el conflicto fueron invitados.
La bandera con los cinco aros olímpicos y el juramento olímpico, pronunciado por el especialista belga de esgrima Victor Boin, hicieron su aparición, aunque el juramento había sido probado por primera vez en los Juegos Intercalados de 1906 en Atenas.
Por primera vez, también se soltaron centenares de palomas durante la ceremonia de apertura como símbolo de la paz que volvía a reinar en Europa. El ex medallista de bronce estadounidense de saltos de natación Hal Prieste, enseñando la bandera que robó en esa edición durante los Juegos de Sydney del año 2000.
Pero los organizadores belgas no consiguieron convencer a suficientes mecenas y tuvieron que fijar precios muy elevados para las entradas. Por esa razón, el público no acudió, salvo para los deportes más populares como el fútbol o el boxeo. Los Juegos de Amberes acabaron resultando altamente deficitarios.
La sorpresa finlandesa
Finlandia sorprendió de nuevo gracias al legendario Paavo Nurmi, que ganó los 10 mil metros, el campo a través individual y por equipos y obtuvo la medalla de plata en 5 mil metros. Otro gran atleta finlandés, el triple campeón olímpico de Estocolmo Hannes Kolehmainen, venció en maratón.
Como en 1912, el nadador hawaiano Duke Kahanamoku fue el más rápido en los 100 metros libres, mientras que el italiano Nedo Nadi obtuvo cinco títulos en esgrima. Su hermano Aldo ganó tres en las competiciones por equipo, además de una medalla de plata.
Por su parte, el estadounidense Edward Eagan, oro de los semipesados en boxeo, sería 12 años más tarde el único atleta del mundo en conseguir un título olímpico de verano y otro de invierno, al imponerse en la prueba de bobsleigh a cuatro en Lake Placid (1932).
John Kelly y su revancha
La principal motivación que llevó al estadounidense John Brendan Kelly a la victoria en la prueba de skiff de Amberes fue la revancha sobre los organizadores de las selectas regatas de Henley sobre el Támesis, que no le habían dejado participar en la prueba pocas semanas antes.
Los organizadores habían enviado a Kelly, un albañil de Filadelfia de 20 años, un telegrama indicándole solamente: “Inscripción rechazada. Correo sigue”. Pero el estadounidense no recibió nunca la carta prometida.
Para los organizadores, un albañil no podía ser considerado como 'aficionado', ya que en esa época los estatutos de la Asociación Británica de Remo Amateur excluían de la definición a los “trabajadores manuales o poco calificados”.
Sabía que
Primeras palomas
En la ceremonia inaugural se liberaron por primera vez centenares de palomas blancas, como símbolo de paz.
Repetición
La final de 100 metros libres de natación tuvo que repetirse tras una reclamación del australiano William Herald, que se quejó de haber sido golpeado por el estadounidense Norman Ross. La segunda final fue dominada de nuevo por el hawaiano Duke Kahanamoku y, el resto de sus rivales, llegó en el mismo orden que la primera vez.
Tiro a la cuerda
En estos juegos se celebró por última vez la prueba de tiro a la cuerda, repartiéndose las medallas Gran Bretaña (oro), Holanda (plata) y Bélgica (bronce).
NOTI OLIMPICAS
BOIN. El belga Víctor Boin es uno de los pocos deportistas que ha obtenido medallas olímpicas en dos deportes diferentes. En los Juegos de 1908, en Londres, ganó la plata con el equipo de waterpolo de su país y el bronce, en 1912, en Estocolmo. En 1920, se hizo con la plata, esta vez en espada por equipos.
PRECOZ. La saltadora de natación estadounidense Ailien Riggin se colgó la medalla de oro en trampolín a la edad de 13 años. Otro hecho insólito fue el del estadounidense Morris Kirksey, que conquistó la plata en 100 metros del atletismo y el oro en la disciplina del rugby, sería más tarde el médico jefe de la prisión de San Quintín.
CANGURO. En Amberes, el corredor estadounidense Charles Paddock, vencedor de los 100 metros de estas olimpiadas, utilizaba una técnica muy especial. Antes de cruzar la línea de meta, el hombre volador hacía un salto de más o menos cuatro metros. Su explicación era, para ganar tiempo. Los jueces lo permitían y ganó así varias carreras.
ASESINATO. En los Juegos de Amberes, el tirador estadounidense James Howard Snook, medalla de oro en pistola por equipos, fue ejecutado en 1930 en la silla eléctrica. Snook, profesor de veterinaria de la universidad estatal de Ohio, de 48 años, había matado a golpes de martillo a su amante de 25 años, Theora Hix, que amenazaba con revelar su relación a su esposa. El asesinato tuvo lugar en un auto aparcado delante de un campo de tiro.
APARICIÓN. En estos juegos aparece el juramento olímpico, realizado por el esgrimista y waterpolista Víctor Boin. Su texto fue: juramos que nos presentamos a los Juegos Olímpicos como competidores leales, respetuosos del reglamento y con deseo de participar con espíritu caballeresco para honor de nuestros países y gloria del deporte.
ARRESTADO. Tras volver tarde en la noche a su hotel por haber celebrado la victoria de su equipo en relevos 4x100 metros, el estadounidense Morris Kirksey encontró la puerta cerrada. Fue arrestado por un policía mientras intentaba escalar la fachada para llegar a su habitación.

