El alcalde, César Maia, afirmó el pasado viernes en un acto oficial que la ciudad necesita 150 millones de reales (unos 55 millones de dólares) para obras en Barra de Tijuca, zona oeste de Río, donde estará la Villa Panamericana, que alojará a unos 7 mil atletas.
La raíz del problema está en que el presupuesto para la construcción de la villa fue subestimado.
La obra iba a ser financiada en su totalidad por la Caja Económica Federal, un banco del Estado brasileño. Pero resulta que nuevas evaluaciones de ingenieros determinaron que el terreno del futuro complejo residencial es un pantano, lo que acarrea mayores gastos para excavar cimientos más profundos para los 17 edificios proyectados en el lugar.
Maia admitió que para el caso de que Río de Janeiro no pueda ser sede de los juegos, el Comité Olímpico Panamericano (Odepa) tiene como alternativa la ciudad de San Antonio (EEUU).
La ciudad texana perdió ante Río de Janeiro la competencia para alojar los Juegos, no obstante ya tendría lista toda la infraestructura necesaria para realizar una competición de esta envergadura.
Una comisión de la Odepa visitará Río de Janeiro entre el 24 y el 27 de febrero para evaluar el curso de las obras.
El alcalde admitió las limitaciones presupuestarias de la segunda mayor ciudad de Brasil durante un acto público en el que firmó un decreto que permitirá transformar el autódromo del barrio de Jacarepaguá en parte del complejo deportivo de los juegos.
El Autódromo "Nelson Piquet", donde en el pasado se realizaron pruebas de la Formula Uno y hoy es escenario de carreras válidas para el mundial de motociclismo, será reducido de tamaño para ganar terreno e instalar un complejo de deportes acuáticos, un velódromo y un hotel, además de dejar espacio para un eventual estadio olímpico.
