MEMPHIS, EU (EFE). - El combate entre los pesos pesados Lennox Lewis y Mike Tyson, que se disputará el próximo ocho de junio, no levanta tanto interés como sus promotores creyeron.
A pesar de que se dijo que se había batido un récord de ventas de 23 millones de dólares y que se había colgado el cartel de no hay entradas, aún quedan billetes para presenciar la pelea y parece que los promotores sobrestimaron el tirón de ventas que tendría el combate que se celebrará en la ciudad de Memphis, en el sureño estado de Tennessee.
Los aficionados británicos no están acudiendo a la convocatoria y parece ser que no hay mucha gente dispuesta a desembolsar los altos precios que se están pidiendo por las entradas para ver la pelea en vivo, sin importar lo interesante que pueda ser el enfrentamiento.
Todo esto posiblemente significaría que los promotores podrían encontrarse en la embarazosa situación de ver muchos asientos vacíos en la Arena Pyramid, en la pelea más esperada desde la que se celebró, en una nefasta noche para el mundo del boxeo, cinco años atrás, cuando durante el enfrentamiento Tyson le arrancó de un mordisco un trozo de oreja a Evander Holyfield.
Fuentes cercanas al evento calculan que solamente se ha vendido la mitad de los algo más de 19 mil asientos que hay disponibles para el combate, aunque se especula que muchas de las entradas restantes están en manos de la reventa.
El entorno de Lewis compró alrededor de 6 mil entradas para venderlas a agentes de viajes británicos, que se han tropezado con que la disputa no levanta entre sus paisanos la expectativa que en un principio se pensó y estos han decidido no viajar a Memphis.
