El gerente de integración operativa del comité organizador local (COL) del Mundial de fútbol de Brasil 2014, Tiago Paes, admitió ayer que la posibilidad de que ocurran protestas durante el certamen es “una gran preocupación” tanto para los anfitriones como para la FIFA.
“Esa es una gran preocupación del COL y de la FIFA, y también de los gobiernos y de las fuerzas de seguridad públicas”, dijo Paes al término de una visita de inspección del estadio Maracaná, que recibirá siete partidos durante el torneo, entre ellos la final del 13 de julio.
El dirigente aclaró, sin embargo, que ninguno de los dos organismos tiene “interferencia” en materia de seguridad en caso de protestas.
Durante la Copa Confederaciones de junio de 2013, cientos de miles de personas tomaron las calles en todo el país para protestar contra los gastos millonarios del Gobierno en la realización de las citas deportivas y en demanda de mejores servicios públicos.
Sus declaraciones ocurren un día después de que la FIFA desmintiera la información publicada por el diario O Estado de Sao Paulo, según la cual un “alto funcionario” de seguridad de la entidad dijo que para el ente rector del fútbol es “una gran amenaza” la posibilidad de que se repitan las protestas.
De acuerdo con la misma fuente, citada por el corresponsal del diario en Ginebra, Jamil Chade, la FIFA está “aconsejando” a los dirigentes de las federaciones de fútbol “permanecer por poco tiempo en territorio brasileño” ante el temor de protestas.
El funcionario, que no fue identificado, agregó que por esa razón los dirigentes llegarán al país días antes del Mundial para el congreso anual de la entidad, se irán en seguida y “posiblemente volverán sólo para la final”.
Horas después de divulgada la información, el director de Seguridad de la FIFA, Ralf Mutschke, rechazó la información y aseguró a la agencia Estado que la entidad “tiene plena confianza en el amplio concepto de seguridad del Gobierno y de las autoridades de seguridad de Brasil”.