Históricamente la República de Panamá ha contado con grandes exponentes de la lucha olímpica. Quién no ha escuchado nombres como Eduardo Campbell (q.e.p.d.), Wanelge Castillo, Ramón Mena, Herminio Hidalgo y Segundo Olmedo entre otros, que han dejado el nombre de nuestro país en lo más alto en décadas anteriores.
Los gladiadores istmeños, cada uno en su respectiva modalidad y época, se han esforzado por hacer de este pequeño país uno inmenso en la colchoneta.
Actualmente hay una nueva camada de luchadores, que incluye la rama femenina, la cual ha ido adquiriendo gran aceptación en todo el país.
La dirigencia, presidida por Julio Kennion, está consciente que tampoco hay que olvidar a las promesas, es decir aquellos niños que ya desean emular a esas grandes luminarias.
Es común hablar de figuras como Leonardo González, Elton Brown, Antonio González, Samuel Arroyo, el recién retornado Kempton Aparicio, que ya ha marcado su nombre en las lonas nacionales e internacionales.
Pero a la par de éstos, hay quienes vienen surgiendo y con deseos de superar a los que reinan actualmente. Jóvenes con ganas, con garra y ansias de que se les presenten oportunidades para llegar a una olimpiada, como pocos lo han hecho en la lucha panameña.
Herminio Hidalgo, un veragüense que es parte del grupo selecto de Panamá en olimpiadas (Seúl-Corea), ha manifestado que para llegar a esta máxima cita hay que trabajar fuerte.
Eduardo Campbell fue el primer istmeño en pisar una colchoneta olímpica, y lo hizo en dos ocasiones: en 1960 y 1064.
