BUENOS AIRES, Argentina (DPA) El líder, Racing Club, logró ayer en la tarde (local) un angustioso empate 1-1 frente a su escolta River Plate y acaricia por primera vez en 35 años el título de campeón del fútbol argentino.
Un golazo del colombiano Gerardo Bedoya, a los 86 minutos, selló la igualdad y sirvió para que la "Academia" mantenga cinco puntos de ventaja sobre su rival de hoy (37 de Racing por 32 de River), a falta de tres fechas para el final del torneo Apertura 2001.
Una multitud de hinchas racinguistas celebró con locura en su propio estadio un resultado fundamental para cristalizar su sueño de campeón: si en la próxima fecha derrota a Banfield y River no vence a Lanús, Racing dará anticipadamente la vuelta olímpica.
El equipo dirigido por Reinaldo Merlo mostró ayer sus fortalezas y debilidades acostumbradas: tuvo graves dificultades para generar un fútbol claro, pero le sobró fuerza y amor propio para ir a buscar el empate en el complemento.
En contraposición, River, con su mayor caudal de individualidades, no sacó rédito de la ventaja conseguida sobre el final de la etapa inicial por Esteban Cambiasso, y en el complemento asumió una actitud demasiado cautelosa, alentada por las decisiones de su técnico Ramón Díaz desde el banco, que terminó pagando a un precio alto.
El primer tiempo fue intenso, de ida y vuelta y con varias ocasiones de gol en ambos arcos, aunque River lució ligeramente superior con el mayor volumen de juego aportado por Andrés D'Alessandro y Ariel Ortega, incluso con sus intermitencias. Racing recurrió reiteradamente a las faltas para cortar el circuito del rival, y terminó el capítulo inicial con tres amonestados.
Antes de los 10 minutos, el árbitro Héctor Baldassi anuló correctamente por offside un tanto del goleador del torneo, el riverplatense Martín Cardetti y todo Racing protestó una mano del paraguayo Celso Ayala en su área, juzgada por Baldassi como casual.
Cardetti dispuso de un par de chances más, pero la oportunidad más clara correspondió a Racing: Maximiliano Estévez rompió el travesaño a los 40.

