El devenir de Rafael Nadal en el Abierto de Estados Unidos está pendiente de la evolución de su rodilla izquierda, maltrecha desde el pasado domingo, y de la resistencia que ofrezca Janko Tipsarevic, un tenista que aspira a no desentonar en medio del impulso del tenis serbio.
Nadal saldrá a la pista central, la Arthur Ashe Stadium, del Centro Nacional de Tenis Billie Jean King de Nueva York, en la sesión nocturna (madrugada en España) del viernes. La mejoría ha sido evidente desde el pasado domingo, cuando sintió un pinchazo en la rodilla izquierda y casi no podía andar.
"En las últimas horas esa progresión ha continuado", dijo una fuente próxima al jugador.
El tenista balear continúa con el tratamiento y el paso del tiempo va a favor del estado del número dos del mundo.
Rafael Nadal entrenó ayer, jueves, durante una hora en una de las pistas adyacentes en la sede del torneo. No se ejercitó al máximo, lo que no dio pistas reales sobre su estado.
Peloteó sin más y después se marchó para continuar con el cuidado de sus piernas.
"Nadal va a jugar, otra cosa es el nivel con el que pueda hacer frente al partido", explicó el portavoz del tenista.
Y si será suficiente para resolver el duelo contra Tipsarevic, un jugador con el que, hasta ahora, nunca se ha enfrentado.
