La imagen del portugués Cristiano Ronaldo expulsado por golpear a un rival y su salida del campo, provocando a la afición del Córdoba limpiando el escudo de campeón del mundo de su camiseta, retrató a un Real Madrid desquiciado, sin rumbo en el juego ante la ausencia de Isco Alarcón y el croata Luka Modric.
Pese a la victoria por 2-1, la ausencia de los dos magos en la construcción del juego del equipo de Carlo Ancelotti se sumó a un preocupante estado físico de los futbolistas del conjunto blanco en una semana en que la plantilla madridista tuvo libre para preparar la visita al estadio El Arcángel y mostrar una mejoría en ese apartado.
Ancelotti sigue descartando con rotundidad las rotaciones. Sus cambios son obligados cuando llegan lesiones o sanciones y la realidad la marcan jugadores como el alemán Toni Kroos, cada vez más alejado de esa imagen imponente en el centro del campo, que se imponía en todos los duelos individuales a sus rivales, se asociaba con rapidez con sus compañeros y hasta llegaba a la portería rival.
Sus números en pérdidas del balón y su poca precisión muestran su falta de frescura.
La paga un Real Madrid que ante el Córdoba fue superado en intensidad por su rival y registró el mayor número de pérdidas de balón de la temporada (46).
La falta de continuidad en jugadores como el alemán Sami Khedira o Asier Illarramendi no ayuda a solucionarlo y más la presión de su gran estrella, Cristiano Ronaldo.
