El despido de Fabio Capello como entrenador del Real Madrid puso ayer fin a una historia plena de absurdos, un año resumible en que el club prescinde del técnico que cumplió con el objetivo que le habían impuesto, conquistar la Liga española.
"El resultado es algo muy importante, pero el club, por su historia, está obligado a ofrecer algo más, un fútbol diferente a lo ofrecido este año", justificó Pedja Mijatovic, el director deportivo del Real Madrid.
Así terminó la historia de Capello en el Real Madrid. Firmó por tres años, pero solo cumplió uno. Y ahora espera su millonaria rescisión de contrato.
Todo en el Real Madrid tiene un innegable aroma a déjà vu. Capello, por ejemplo, repitió el final de hace justo 10 años, cuando abandonó el club blanco tras ganar una Liga, aunque en aquella ocasión fue por decisión del propio entrenador.
Y, más aún, el Real Madrid despide a un técnico que acaba de ganar la Liga, tal y como sucedió en 2003 con el español Vicente del Bosque. La explicación de hoy, como la de entonces, vuelve a ser la misma: "Necesitamos otro perfil, otras cosas".

