La selección de Irán superó ayer 5-2 a Bosnia Herzegovina en su último amistoso de preparación para el Mundial de Alemania e hizo revivir los comentarios de su técnico Branko Ivankovic que pregona a los cuatro vientos que "sorprenderán a todos" en el Mundial.
El triunfo de Irán tiene doble mérito, pues arrancó dos goles abajo con tantos de Zvjez dan Misimovic a los 4' y de Sergej Barbarez a los 11'. Mehrzad Madanchi a los 15', Rahman Rezaei a los 45', Vahid Hashemian a los 46', Reza Enayati a los 88' y Rasoul Khatibi a los 90' dieron vuelta el marcador.
En el anterior partido ante Croacia en campo visitante el pasado domingo, Irán consiguió un empate a dos goles.
CONTROVERSIA A LA VISTA
Pero lo inevitable para el seleccionado iraní es que también copará titulares por cuestiones que no tienen nada que ver con el fútbol.
Las autoridades alemanas dicen estar preparadas para protestas masivas durante los partidos de Irán por parte de opositores al régimen iraní.
Algunas voces ha pedido la expulsión del equipo por las ambiciones nucleares de Teherán y las amenazas proferidas por su presidente contra Israel. Una cosa parece segura: Irán avivará la controversia antes y durante el torneo.
Esta será su tercera aparición en un mundial, luego de Argentina 1978 y Francia 1998. Fue en Francia donde Irán ganó su primer partido mundialista: un tenso encuentro contra Estados Unidos. Pese a la victoria 2-1, fracasaron en avanzar a la siguiente etapa al sumar derrotas ante Alemania y Yugoslavia.
DISPUESTOS A DAR LA BATALLA
"Queremos sorprender al mundo porque ahora estamos en la capacidad de ganarle a cualquiera; no vamos a Alemania como turistas", dijo Ivankovic,
Predijo que Irán, reforzado con veteranos como el atacante Ali Daei y el volante Ali Karimi (Bayern Munich de Alemania), podrá superar a México y Angola en el Grupo D y clasificarse para la próxima ronda junto al cuarto miembro del grupo: Portugal.
Pero en los medios internacionales la preparación del equipo y sus perspectivas han sido eclipsadas totalmente por la crisis que rodea las ambiciones nucleares de Teherán y las declaraciones del presidente Mahmoud Ahmadinejad de que Israel debería "ser borrado del mapa".
La FIFA insistió que la política debe estar alejada del deporte y su presidente Joseph Blatter ratificó la presencia de Irán en el Mundial.
