Tras recibir el homenaje de la afición en el podio de Lloret, donde el español subió para recoger la copa como tercero en el rally, a Sainz se le preguntó qué motivación podía tener para ir a Australia, debido a que la tercera posición en el mundial la tenía muy complicada, y respondió: "Hubiese preferido acabar la carrera aquí’’.
Sainz ensalzó y agradeció las constantes muestras de simpatía y cariño que ha recibido desde que empezó a preparar el rally de Cataluña.
"La gente se ha volcado conmigo. En la última especial, el puente (carretera que une Girona y Vic; Eje transversal) y todo alrededor estaba lleno de público. Ha sido emocionante’’, señaló Sainz.
Sainz reconoció que el coche le funcionó bien en las dos últimas jornadas y que debió soportar demasiado lastre tras "una mala primera etapa’’.
"En el último día hemos atacado como ya dijimos el sábado. Lo que pasa es que el montaje de neumáticos no fue todo lo bien que pensábamos. Pensamos que el piso estaría más húmedo y por eso pusimos neumáticos demasiado blandos. Pero al margen de esto, estoy muy satisfecho, a pesar de que en el primer día perdimos demasiado tiempo’’, señaló.
El piloto madrileño recibió un pequeño homenaje en el podio de Lloret, donde se le fotografió junto a su mujer, Reyes, y a sus tres hijos. La organización del rally le entregó una reproducción del primer coche de carreras con el que compitió, un Seat Panda que también estaba ocupado por el copiloto Juanjo Lacalle, quien ha ejercido de representante en los últimos años de su carrera.

