El barcelonés Sete Gibernau (Honda) vive un momento muy incómodo en su carrera motociclista y que en Donington Park no hizo más que corroborar, cuando tras arrancar en primera posición en Moto GP y comandar con autoridad la carrera, se fue al suelo en la cuarta vuelta y abandonó.
Rebotado de una carrera nefasta en Laguna Seca, donde las jornadas de entrenamiento fueron un suplicio para el catalán, llegó a Inglaterra con ganas de buscar un punto de inflexión para reencontrarse con la confianza que ha perdido esta temporada.
Sin embargo, volvió a caerse, como recientemente pasó en Muguello (Italia). Sete regresó hundido al garaje, donde le aguardaban las caras largas de su equipo por el nuevo fracaso, tomó un avión privado y regresó a Barcelona sin cumplir ante los medios para dar alguna explicación.
En el horizonte más cercano se encuentra Sachsenring (Alemania), donde el próximo fin de semana se disputará la décima carrera de las diecisiete que tiene programadas el Moto GP.
Después del batacazo en Donington, al piloto catalán no le queda otro remedio que buscar estímulos para poner fin a este camino que le está conduciendo al abismo.
Después de sumar su última victoria, en Qatar, Sete parece tocado por una maldición, que muchas voces dentro del motociclismo mundial se han atrevido a señalar que está impulsada por el italiano Valentino Rossi (Yamaha).
