"Si Mosley quiere la revancha se la doy hoy mismo, pero también estoy listo para enfrentar a Oscar de la Hoya, Ricardo Mayorga, Trinidad o Bernard Hopkins", dijo el flamante campeón.
Wright, un peleador poco conocido, saltó instantáneamente a la fama el sábado en la noche al apuntarse un triunfo por decisión unánime contra Mosley, al que arrebató las coronas de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y el Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
Mosley, de paso, perdió la posibilidad de exponer su títulos ante el puertorriqueño Trinidad, que anunció su regreso a los cuadriláteros y que le había ofrecido una bolsa de 10 millones de dólares por un pleito que iba a celebrarse en septiembre, si derrotaba a Wright.
La pelea fue un toma y daca de principio a fin. Los jueces Chuck Giamba y Dave Moretti vieron ganar al retador por 117-111, mientras que Paul Smith le dio un margen de 116-112.
Wright llegó al compromiso luciendo el título de campeón de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), pero casi sin ningún cartel entre los grandes púgiles de la actualidad.
Sin embargo, la fama de Mosley no lo amilanó y desde el comienzo Wright mostró ese hambre de victoria que ha hecho famosos a púgiles que han comenzado desde abajo hasta alcanzar la cumbre.
El retador, con una marca de 47 victorias, 25 de ellas por nocáut y solo tres derrotas, fue un rival de envergadura para Mosley.
"No sé qué me pasó, desde el comienzo sentí que las piernas y los brazos me pesaban", dijo el perdedor. "Me ganaron bien".

