Los propietarios del Liverpool, Tom Hicks y George Gillett, sufrieron ayer un nuevo revés judicial en su intento por bloquear la venta del club, al declarar una corte londinense la nulidad de una medida dictada previamente por un tribunal en Dallas.
El juez Justice Floyd garantizó una orden restrictiva que anula las decisiones tomadas el miércoles por el tribunal estadounidense.
En un nuevo giro a la enrevesada historia, los estadounidenses Hicks y Gillett habían frenado en el último momento la venta del club gracias a una disposición cautelar provisoria dictada por el tribunal en Dallas.
Horas antes de que la corte texana interviniera, el tribunal presidido por Floyd había fallado en contra de los deseos de Hicks y Gillett y abierto el camino para que la directiva del Liverpool concretara la venta del club a la empresa estadounidense New England Sports Ventures, dueña del equipo de béisbol Boston Red Socks.
