MESA, Arizona (AP).- A Sammy Sosa se le puede preguntar de las posibilidades de la renovada novena de los Cachorros, de sus perspectivas de ir a la Serie Mundial, o incluso del pelotazo que recibió en el codo el primer día de la pretemporada.
Pero no le pregunten por el uso de esteroides en el béisbol, porque dice que no sabe nada del tema, ni le interesa saberlo.
``''No quiero hablar de eso. Tenemos un lindo equipo y otras cosas en qué pensar. No tengo nada que decir sobre ese asunto'', manifestó el dominicano.
Las preguntas, no obstante, siguen llegando, ya que el de los esteroides es un tema candente desde que se reveló que un estudio indicaba que entre el 5 y el 7% de los controles efectuados la temporada pasada habían dado positivo y el preparador físico de Barry Bonds declaró a las autoridades que había suministrado esteroides a varios jugadores.
Los jugadores están bajo la lupa y cualquier cambio de peso genera suspicacias.
``''Ni quiero pensar en eso. No sé nada al respecto y no quiero saberlo. Me conozco, sé quién soy y eso es lo único que cuenta'', manifestó Sosa, quien luce igual que en los últimos años.
De lo que sí quiere hablar es de los Cachorros, que el año pasado estuvieron a cinco outs de la Serie Mundial y ahora se reforzaron con Derrek Lee, Todd Walker y Todd Hollandsworth.
También llegó Greg Maddux, quien se suma a una rotación formidable, que incluye a Kerry Wood, Mark Prior, Matt Clement y el venezolano Carlos Zambrano. La llegada de LaTroy Hawkins y Kent Mercker, por otra parte, reforzó el cuerpo de relevistas.
``''Somos más fuertes que el año pasado, en que tuvimos una gran temporada. Tenemos posibilidades no solo de ir a los playoffs, sino de llegar a la Serie Mundial'', afirmó Sosa.
El campeonato, no los logros personales, es lo único que le importa a Sosa.
``''Mi objetivo es ganar la Serie Mundial. Dejaré que Barry Bonds siga detrás del récord (de jonrones de Hank Aaron) y me concentraré en regresar a los playoffs y en ganar el título'', indicó.
Sosa sostuvo que la del 2003 fue una de las mejores experiencias de su carrera. El año no empezó bien, ya que sufrió un pelotazo en el casco y estuvo inactivo por lesión por primera vez desde 1996 debido a un problema en una uña.
También fue suspendido por siete partidos al hallársele corcho en el bate. Sosa dijo que había sido todo un malentendido y se disculpó, pero su imagen se vio empañada.
Se repuso, no obstante, y terminó con 40 jonrones y 103 empujadas a pesar de haberse ausentado de 25 partidos. En los playoffs bateó de 262 y su promedio en la final de la Liga Nacional fue de 308, con dos jonrones y seis empujadas.
''Fue uno de los mejores años de mi vida porque tuve tropiezos y la gente decía que estaba acabado. No lo estoy y logré lo que me propuse'', dijo Sosa.

