La Dirección General de Aeronáutica Civil boliviana suspendió ayer los permisos de vuelo de la aerolínea LaMia tras el accidente en Colombia de uno de sus aviones que dejó 71 muertos, entre ellos casi todo el equipo brasileño Chapecoense.
En un comunicado la dirección anunció la suspensión inmediata de los permisos.
A su vez, el Gobierno boliviano suspendió a los ejecutivos de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares de Navegación Aérea y de la Dirección General de Aeronáutica Civil.
“Vamos a hacer un cambio mientras dure la investigación”, dijo el ministro de Obras Públicas, Milton Claros. Claros explicó que también se ordenó una investigación sobre el origen de los capitales de la empresa LaMia, de origen venezolano y que operaba en Bolivia desde enero de este año.
El boliviano Marco Rocha, uno de los dueños de la aerolínea y socio del piloto del avión accidentado, dijo que no hubiera realizado ese vuelo. Rocha confirmó que LaMia tenía una flota de tres aviones, de los cuales solo estaba operativo el siniestrado en Medellín. De los otros dos, uno estaba en reparación por un problema en el tren de aterrizaje y el otro en mantenimiento.
