A fuerza de victorias en el esquí de fondo y el bosleigh, Alemania quedó ayer, martes, en solitario en la cima del cuadro de medallas de los Juegos de Invierno, pero su vecina Austria no le perdió la pisada por cuenta de un título en la combinada nórdica.
Pero quien se robó el protagonismo de la jornada fue el italiano Enrico Fabris con una electrizante actuación en los 1,500 metros del patinaje de velocidad, una final que había sido promovida como un duelo aparte entre los estadounidenses Chad Hedrick y Shani Davis.
Fabris, con el aliento ensordecedor de sus compatriotas en el óvalo olímpico, relegó a Davis y Hedricks a las medallas de plata y bronce, respectivamente.
La victoria del italiano, un policía de profesión, acabó con la hegemonía que habían desplegado hasta ahora los estadounidenses en las pruebas individuales del patinaje de velocidad, con tres triunfos sucesivos.
Toda la atención se había posado en Davis, cuyo triunfo en los 1,000 lo convirtió en el primer atleta negro en ganar una corona individual en una olimpiada de invierno, y Hedrick, por la ácida relación que estos tienen entre sí.
"Shani y yo queríamos ganar esta carrera", dijo Hedrick, campeón en los 5,000. "Queríamos definir quién era el mejor, pero alguien se metió de por medio y lo hizo", añadió.
Fabris empleó un tiempo 1 minuto y 45.97 segundos, y después aguardó que Hedrick y Davis cumpliesen sus recorridos. "Creí que no iba a aguantar", comentó Fabris su tensa espera.
La pulseada por la delantera en el cuadro de medallas general siguió al rojo vivo, con cuatro países metidos de lleno.
Tratando de repetir su primer lugar en Salt Lake City 2002, Alemania es, por ahora, el país que marca el paso con su cosecha de nueve medallas de oro, siete de plata y cinco de bronce. Austria es el escolta inmediato en la tabla general con un botín de ocho preseas de oro, cinco de plata y tres de bronce. A corta distancia también se encuentran Estados Unidos (7-7-4) y Rusia (7-3-5).
