SAN LUIS, Argentina/EFE El búlgaro Veselin Topalov se proclamó ayer campeón del mundo a falta de una jornada para el final del Mundial de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) en San Luis, Argentina, al concluir en tablas su partida ante el uzbeko Rustam Kasimdzhanov.
Topalov, que aventaja en un punto y medio a sus dos perseguidores inmediatos, el indio Wiswathan Anand y el ruso Peter Svidler, aprovechó el empate de ambos en sus partidas ante el ruso Alexander Morozevich y la húngara Judit Polgar, respectivamente, para alcanzar su primer título mundial absoluto.
El búlgaro reemplaza como campeón a Kasimdzhanov al lograr seis victorias y siete empates en las 13 jornadas disputadas y que nadie haya sido capaz de derrotarlo.
El nuevo campeón del mundo, radicado en la ciudad española de Salamanca, y el uzbeko fueron los últimos en cerrar la jornada, al tardar cuatro horas y 25 minutos en concluir el choque, desarrollado sobre apertura española, defensa berlinesa.
Topalov se encontró toda la partida con una posición muy incómoda que ponía incluso en peligro el empate, pero una vez más demostró por qué se ha erigido en campeón e hizo que los espectadores presentes en el Potrero de los Funes contuvieran la respiración cuando en el movimiento 36 ejecutó un genial sacrificio de calidad.
El búlgaro perdió una torre y ganó un alfil, pero sobre todo colocó un peón en h3 con el rey cerrado en la esquina blanca.
Ese movimiento le garantizó las tablas a pesar de que Kasimdzhanov contaba con dos torres y el búlgaro solo presentaba un alfil más en un final con igualdad en peones, cuatro.
El uzbeko entendió la situación y no tardó en darle la mano a su rival.
Anand no fue capaz de doblegar a Morozevih en una partida desarrollada sobre planteamiento de francesa.
