El búlgaro Krassimir Vassilev (Duja-Tavira) ganó ayer en solitario la novena etapa de la Vuelta a Portugal, que coronó a Carlos Pinho (Barbot-Halcon) como nuevo líder, tras el descalabro de Christian Pfannberger (Elk Haus).
"Fue una gran etapa para mí", comentó Vassilev.
El pelotón piensa ya en la última etapa de la Vuelta, una contrarreloj de 39,6 kilómetros, que decidirá el ganador de la prueba entre los cinco primeros clasificados de la general, a los que separan sólo 57 segundos.
Los españoles Héctor Guerra (LA-Liberty) y David Blanco (Comunidad Valenciana), a 33 y 57 segundos del líder, respectivamente, intentarán demostrar su condición de rodadores y ganar la etapa contra el crono y con ella la clasificación general.
En la etapa de ayer, Vassilev realizó los 144,1 kilómetros que separaban Gouveia y Fundao en 3 horas, 49 minutos y 9 segundos, con un adelanto de 48 segundos sobre un reducido grupo de ciclistas, entre los que no estaba el austríaco Pfanneberger, que se cortó en la subida del puerto de categoría especial Alto da Torre.
El ciclista de Elk Haus no pudo seguir el ritmo de un grupo de 22 corredores, que aprovecharon las duras pendientes de la carretera para poner tierra de por medio con el líder.
Tras coronar el Alto da Torre y con 75 kilómetros hasta la meta, el grupo de cabeza, comandado por LA-Liberty, puso velocidad de crucero y eliminó de la lucha por la prueba a Pfanneberger, que en meta perdió más de seis minutos.
Los favoritos, pendientes unos de otros, dejaron escapar a falta de 17 kilómetros para la meta al ciclista búlgaro, que abrió pronto hueco y logró la distancia necesaria para asegurarse el triunfo parcial.

