“En momentos de emoción se dicen cosas que no deberían haberse dicho”, dijo el australiano en su página de internet.
El domingo, Webber tuvo que disputar la carrera con un alerón delantero viejo, porque el único nuevo se lo desmontaron los mecánicos para colocarlo en el bólido de su compañero, el alemán Sebastian Vettel.
No obstante, el australiano ganó la carrera y comentó: “No está tan mal para un segundo piloto”.