Una sequía de cuatro años sin títulos de Serie Mundial es algo que constituye toda una eternidad en Nueva York.
Y si el equipo tiene como dueño a una figura tan beligerante como George Steinbrenner, pues los Yanquis saben bien que cualquier cosa que no sea un campeonato se cataloga como fracaso rotundo.
Steinbrenner pide a gritos la corona número 27, lo más pronto posible, y no da cabida a excusas.
Después de sufrir el derrumbe más estrepitoso que se conozca en los anales de las Grandes Ligas, humillados por sus acérrimos rivales, los del Bronx buscaron la solución al mejor estilo yanqui: gastando dinero a manos llenas.
El resultado es el primer equipo en la historia que rebasa la barrera de los 200 millones de dólares en su nómina de salarios para el 2005.
Eso fue así con la llegada de Randy Johnson a través de un canje con los Diamondbacks de Arizona, uno de ribetes telenovelescos por los giros que dio durante varias semanas durante el receso.
Los Yanquis llegaron a la conclusión que la razón por la cual los Medias Rojas de Boston dieron cuenta de ellos fue porque éstos tuvieron la mejor rotación de lanzadores, con Pedro Martínez y Curt Schilling al frente.
La respuesta de Nueva York no se hizo esperar, con los fichajes de Johnson Carl Pavano y Jaret Wright.
Ahora resta por ver si todo el poderoso arsenal que han apilado los Yanquis bastará para conducirlos otra vez a lo más alto.
El objetivo yanqui es muy claro. A toda costa hay vengar la afrenta de haber sido eliminados por los Medias Rojas tras dejarse voltear una serie que ganaban 3-0, algo sin precedentes.
Boston terminó alzándose con su primer campeonato de Serie Mundial desde 1918.
"Creo que ahora tenemos una mayor sed por la forma cómo terminó el año pasado", afirmó el tercera base Alex Rodríguez, quien durante la pausa fue el blanco predilecto de la sorna de muchos Medias Rojas.
Cualquiera diría que una novena con 18 jugadores que al menos una vez en sus carreras han sido seleccionados para el Juego de Estrellas no tiene manera de perder.
En la misma sobresalen tres que han sido galardonados con el premio al más valioso del clásico de Octubre (Mariano Rivera, Derek Jeter y Johnson), hay otro par de más valioso en la Liga Americana (Jason Giambi y Rodríguez).
Y no se olviden de Bernie Williams, Gary Sheffield, Jorge Posada e Hideki Matsui.
Del 1 al 9, los Yanquis dan la impresión de ser el trabuco perfecto.
Sólo en los cinco abridores que el mánager Joe Torre tiene a disposición se gastarán 67 millones de dólares en salarios.

