Un recorrido de 5.615 kilómetros, 11 curvas a la izquierda, 7 a la derecha y 3 rectas: así se resume el circuito en el que la Fórmula Uno (F1) comenzará a definir este fin de semana el campeón de la temporada 2010.
Yeongam, 400 kilómetros al sur de Seúl, cuenta además con un sector en el que los pilotos deben frenar la velocidad de 300 a 80 kilómetros por hora.
Y aunque se conozcan cifras, dibujos, fotos y material fílmico, todos los pilotos estarán unidos por algo en común: será la primera vez que recorran el flamante Korean International Circuit.
“Probablemente la pista tendrá poco agarre en el inicio, pero se trata de los mejores pilotos del mundo, y tendrán que lidiar con eso”, dijo a dpa el alemán Hermann Tilke, el arquitecto responsable del diseño del circuito. “Estará muy resbaladiza al principio, pero la pista se irá haciendo más rápida hasta el domingo”, añadió el líder mundial en cuanto a construcción de circuitos de F1.
El de Yeongam fue un circuito en duda hasta el último instante, no en vano la capa superior de asfalto se colocó hace apenas dos semanas.
Sus responsables dicen que costó unos 260 millones de dólares, pero lo cierto es que las demoras en la construcción hicieron temblar hasta hace poco a pilotos y altos responsables de la F1.
Todo se resolvió la semana pasada, cuando la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) dio su visto bueno al circuito tras inspeccionarlo.
Allí, en la zona denominada Jeollanam-do, los surcoreanos depositan esperanzas de un fuerte crecimiento turístico en el futuro.
Así está previsto que el sector temporal del recorrido discurra entre viviendas, para que el recorrido adquiera un carácter urbano como los de Mónaco, Valencia y Singapur.
La parte permanente del circuito tiene una longitud de 3.045 kilómetros. En total, gradas y tribunas tienen un capacidad para 135 mil espectadores.
Uno de los tramos más atractivos, a juicio de los responsables del circuito, es la recta de 1.2 kilómetro, la más larga de todos los recorridos de F1 de Asia.
En simulaciones los autos alcanzaron allí 320 kilómetros por hora.
Un desafío especial para los pilotos es que inmediatamente después se entra en una curva extremadamente lenta.
El que no frene en el momento oportuno y con la justedad necesaria perderá valiosos segundos.
A principios de septiembre el indio Karun Chandhok, en cuyo país se correrá el año próximo por vez primera la F1, dio algunas vueltas al volante de un equipo Red Bull.
Organizar una carrera de F1 significa para Corea del Sur un nuevo paso en sus ambiciones deportivas, reforzadas por el Mundial de atletismo de 2011 en Daegu.
Los surcoreanos fueron ya en 2002 coanfitriones del Mundial de fútbol, y en 1988 saludaron al mundo en Seúl con unos impecables Juegos Olímpicos. Hay nuevos desafíos: el 2 de diciembre lucharán en Zurich por ser sede del Mundial de 2022.
Y la F1 en uno de los países más importantes en la producción de automóviles a nivel mundial hace que los constructores representados en la F1 se froten las manos, porque Corea del Sur es un interesante nuevo mercado.
Ayer, después de una decepcionante primera sesión, el líder del Mundial de F1, el australiano Mark Webber, arrojó ayer el guante a sus rivales por el título logrando el mejor tiempo en la segunda tanda de entrenamientos libres del Gran Premio de Corea del Sur.
El piloto de Red Bull, que realizó el séptimo crono en la sesión matinal, fue imparable por la tarde, cuando recorrió en 1:37.942 minutos los 5.621 km del circuito de Yeongam, que hace su debut en el campeonato.
El español Fernando Alonso, segundo en la clasificación del Mundial, fue también el segundo más rápido con su Ferrari, con 0.190 de segundo de desventaja.
