Madrid, España 6 de noviembre de 2016. La mañana de domingo de otoño pintaba perfecta. Luego de dos días lluviosos, fríos y grises, por fin había salido el sol. Sus rayos luminosos y el cielo claro lo prometían: sería una mañana de vientos veraniegos y con sabor a victoria.
A las 10:30 a.m., una multitud invadió las calles madrileñas del distrito de Chamartín, en especial el Paseo de la Castellana, avenida en que se sitúa el estadio Santiago Bernabéu, la casa del Real Madrid Club de Fútbol. Al medio día, ese equipo —último triunfador de la Liga de Campeones y ganador del premio al “Mejor Club del Siglo XX”— demostraría su dominio en el campo tras enfrentarse al Club Deportivo Leganés en un partido de la liga española.
Horas previas al partido, el transitado Paseo de la Castellana había sido cerrado al paso vehicular para recibir a los simpatizantes del balompié que se dirigen hacia el estadio, cuenta Juan, un vendedor de uno de las decenas de quioscos instalados en esa calle para proveer de trompetas, bufandas, banderas, gorras y suéteres a la fanaticada.
Desde su puesto, el comerciante atendía a gente de diversas nacionalidades, provenientes de naciones de América hasta del continente asiático, afirma Juan, oriundo de Madrid, quien se encontraba haciendo lo propio desde las 5:30 a.m. ¿Su pronóstico del juego? Que el Real Madrid ganaría. Hasta esa fecha, el equipo llevaba invicto 27 juegos.
Ya en el perímetro del estadio, niños, hombres, mujeres, embarazadas y adultos mayores aguardaban en las filas con paciencia, cada uno detrás de la respectiva puerta que le indicase su tiquete.
A las 11:10 a.m. ya todas las entradas estaban abiertas, dando paso a que los asistentes buscaran sus asientos entre las 81 mil 44 butacas azules que adornan el Bernabéu.
Una vez sentado, la experiencia es multisensorial: una perfecta grama verde irradia luz propia en el campo, una ovación le canta al Real Madrid y otra al Leganés, y el aroma a palomitas de maíz reina entre los aperitivos predilectos por los asistentes.
Faltaban 15 minutos para que se iniciara el juego cuando el césped empieza a irrigarse —por medio de un sistema especial instalado en el campo— para que el balón se deslice mejor.
Acto seguido, una voz masculina, en tono afable, anuncia las alineaciones de los 11 futbolistas de cada equipo.
A las 11:57 a.m., empieza a sonar el himno del Real Madrid, una versión adaptada por el tenor español Plácido Domingo, mientras ambos equipos salen a la cancha hasta ubicarse en sus posiciones.
Las manecillas del reloj marcan las 12:00 p.m. Ya el fascinante espectáculo futbolístico engalana al legendario Bernabéu. El delantero Gareth Bale, de origen galés, le regaló a la afición merengue dos goles en el primer tiempo, mientras que el canterano español Álvaro Morata (también delantero) marcó la tercera y última anotación en el segundo tiempo.
A lo largo del partido, los hinchas del Real Madrid mostraron simpatía con los pases de Cristiano Ronaldo, Marcelo, Toni Kroos, Dani Carvajal, Nacho Fernández, Isco y Mateo Kovacic, todos bajo la dirección técnica del francés Zinedine Zidane (actual nominado al premio “Mejor entrenador” de 2016).
En el segundo tiempo, Luka Modric, James Rodríguez y Lucas Vázquez también tuvieron oportunidad de demostrar su destreza. Keylor Navas hizo una buena defensa de la portería, tanto así que el juego marcó el minuto 90, más dos de reposición, sin que el Leganés anotase un solo gol.
Juan, el vendedor del quiosco, acertó otra vez. Esa mañana de domingo, el Real Madrid cosechó un nuevo triunfo, con el que el club merengue confirma su gran valía: no conoce la derrota en 28 partidos consecutivos.
Mañana, sábado 19, “los blancos” piensan doblegar al combativo Atlético de Madrid, al que vencieron en la final de la Liga de Campeones de la UEFA en mayo pasado. El duelo será real en el Vicente Calderón, la casa del Atlético. Otra oportunidad para que la afición vibre con el ¡Hala Madrid!
