El Liverpool llevó su mala racha de las últimas semanas a la Copa de Inglaterra y cayó en octavos ante el Chelsea (2-0) ayer en Londres, con goles del brasileño Willian y Ross Barkley.
Intocables hasta hace bien poco, los Reds suman tres derrotas en los últimos cuatro partidos. Perdieron en Madrid ante el Atlético en la ida de octavos de la Champions (1-0), luego lo hicieron ante el Watford el domingo (3-0), dejándose su imbatibilidad en la Premier League, y volvieron a caer ayer.
Su única victoria en este tramo fue la remontada 3-2 ante el West Ham.
En Stamford Bridge, el equipo dirigido por Jurgen Klopp, con muchos suplentes, se mostró fallón y muy vulnerable en defensa, especialmente en los contraataques, ante un Chelsea que también presentó una formación con varios jugadores poco habituales.
Los Blues tampoco llegaban en su mejor momento, con solo un triunfo en sus últimos cinco partidos, en todas las competiciones, ante el Tottenham en febrero.
En los primeros compases el vigente campeón europeo tuvo la oportunidad de ponerse por delante en dos errores defensivos. En la segunda de estas acciones el senegalés Sadio Mané fusiló al español Kepa, que respondió en la línea de gol.
Pero en la siguiente acción el Liverpool negoció mal la salida del balón y una pérdida de Fabinho provocó una segunda bala que ahora sí su compatriota Willian no desaprovechó.
La segunda parte fue completamente azul. En el 62 Mason Mount lanzó al larguero una falta y justo después llegó el momento de Barkley, en una excepcional galopada que culminó con un disparo preciso.
Con 22 puntos de ventaja en la Premier sobre el segundo, el Manchester City, el Liverpool descuenta fechas para levantar su primer campeonato desde 1990.

