Casi 25 milpersonas fusionadas en un mismo objetivo: el ‘Muro Amarillo’, una de las gradas más míticas de Europa, es el corazón del estadio del Borussia Dortmund y mañana espera ser el jugador número 12 que pueda frenar al París Saint-Germain en la ida de octavos de la Liga de Campeones.
En este rincón del oeste de Alemania, a esa zona del estadio se le conoce como ‘La Sur’, por ser la tribuna sur.
En competiciones europeas, únicamente 16 mil aficionados son admitidos en ella y se colocan asientos provisionales, para seguir el reglamento de la UEFA. ¡Pero nadie se sienta! Por algo sus aficionados consideran un orgullo en la Bundesliga ser la mayor grada de Europa con hinchas en pie.
Esta zona de un estadio para 82 mil espectadores, lleno toda la temporada, está reservada a los poseedores de una tarjeta anual, que se transmite de generación en generación.
Los asientos no están numerados allí, pero cada uno sabe cuál es su sitio.
“Entras ahí y defiendes tu lugar”, aconseja Luiz Mayr, un habitual de este lugar, a un periodista de la AFP que acude a este lugar para conocerla desde dentro.
“Únicamente aquí se puede vivir ese espíritu tan especial que nos gusta tanto”, explica este estudiante de 27 años, que coincide en este punto, en cada partido, con un grupo de amigos formado por hombres y mujeres tan apasionados como él.
“Mirad la tribuna sur de Dortmund”, dijo una vez el excantante de los Sex Pistols Johnny Rotten, un gran aficionado del Arsenal inglés. “Todos están de pie, gritan, y el ruido es tan fuerte que parece el rugido de un gran monstruo. Es fantástico”, subrayó.
Max Kiwit, también de 27 años, acude al estadio con su familia desde que era un niño de 4 años. Pero una vez que pasó a la edad adulta, decidió ir a la Tribuna Sur: “Aquí cada uno puede dejarse llevar, dejar salir sus emociones, nadie se va a quejar si te dan un codazo en la cabeza”. Tampoco si recibes una ducha de cerveza cuando el Borussia Dortmund marca y miles de vasos de plástico vuelan por los aires.
Las asociaciones de hinchas de ‘La Sur’ organizan regularmente el despliegue de mosaicos, como el que mostraron el viernes antes del partido ganado 4-0 al Eintracht de Fráncfort.
Pero es cuando suena el pitido inicial que la comunión de los aficionados es total. Codo a codo, unidos, moviéndose como parte de una marea humana y con bufandas amarillas y negras al viento para cantar su himno, You'll Never Walk Alone, que comparten con otra hinchada legendaria del fútbol europeo, la del Liverpool.
Durante el partido ante el Eintracht, los 'líderes' de la hincha dirigen los cánticos que luego siguen las 25 mil gargantas.
“Cuando les tienes a tu espalda es una sensación increíble. Si los tienes enfrente, intimidan”, cuenta el exarquero del Borussia Dortmund, Roman Weidenfeller.
Muchos recuerdan aquella noche de la Liga de Campeones en 2013, cuando el estadio guió a sus jugadores a una remontada épica ante el Málaga español, con dos goles en el descuento final, para ganar 3-2 en la vuelta de los cuartos de final.
El Borussia Dortmund pasó de ronda y ese año llegó hasta la final de la Champions.

