Pieza clave de la selección francesa desde 2014, Antoine Griezmann cumple el domingo 100 partidos internacionales y lo hará contra su país de adopción, España, tierra de acogida que le propulsó a los “Bleus”, donde mantiene su influencia a pesar de un periodo de dudas con el Atlético.
En la Liga de las Naciones se miden los dos países del corazón del delantero: el que le vio nacer, en Mâcon, y el que lo transformó en futbolista profesional, en San Sebastián y la Real Sociedad.
La final España-Francia, en Milán, será muy simbólica para el atacante del Atlético de Madrid: a los 30 años, el internacional galo se dispone a desafiar a una “Roja” rejuvenecida, compuesta por futbolistas con los que se ha cruzado en los terrenos de juego de LaLiga a lo largo de sus 400 partidos en el campeonato.
Deschamps cuenta con un grupo de 21 jugadores tras las bajas de Lucas Digne por un problema muscular y la de última hora de Adrien Rabiot, positivo por coronavirus, como N’Golo Kanté, cuyo contagio ya se conocía e impidió su convocatoria para esta ventana de partidos internacionales.
Deschamps advirtió que su equipo deberá saltar al campo de San Siro con el reto de quitar la posesión del balón a España y para hacerlo debería confirmar el 3-4-1-2 visto ante Bélgica, con la duda de quién reemplazará a Rabiot. El centrocampista juventino estuvo superado ante Bélgica y el seleccionador galo lo sustituyó en la segunda mitad por Aurelien Tchouameni, talentoso medio del Mónaco.
El balance de duelos en fases finales cae del lado de Francia, aunque el último precedente fue el único triunfo español en los cuartos de final de la Eurocopa 2012, gracias a un doblete de Xabi Alonso. Los “Bleus” superaron a la Roja en las Eurocopas de 1884, 1996 y 2000, más el Mundial 2006.


