Rolando Vergara quiso que su vida fuera diferente, y entre técnicas, patadas y caídas reforzó su núcleo familiar con un arte marcial que considera su estilo de vivir: el hapkido.
Ahora busca pasar ese conocimiento y dejar un legado de la disciplina marcial que cambió su vida por completo.
—¿Por qué escogiste hapkido?
—Bueno, yo comencé practicando karate a mediados de los setenta y un amigo mío me comentó que en Perejil había un oriental que enseñaba un arte marcial, pero no se acordaba el nombre. En ese tiempo ningún oriental enseñaba arte marcial en Panamá; me monté en un bus y me fui allá y vi a un coreano (Song Il Park) y decidí entrar.
Me acuerdo que en ese tiempo no había más de 10 estudiantes y seis de ellos eran norteamericanos. Eso fue en 1980 y no me le despegué a Park en 23 años.
—¿Como fue tu desarrollo en hapkido?
—Lo bonito del hapkido es que es un arte marcial muy versátil y a mí me encantan las patadas. Adicional tiene caídas, técnicas de defensa personal, quiebre de articulaciones y otras cosas.
Cuando uno tiene 23 años uno piensa que es invencible; pero a los 45 años la cosa cambia, y es allí donde entra la parte técnica.
—Llegaste a maestro de hapkido, ¿cómo fue eso?
—Mi sueño en hapkido era llegar a cinturón rojo, ya que el único cinturón negro que había en ese momento era mi maestro Park.
Pensaba que para llegar a ese nivel uno tenía que ser Superman. Sin embargo, las cosas vienen solas gracias a la disciplina, dedicación y esfuerzo.
Yo comencé a dar las clases y lo hice por 15 años y de tanto practicar te va dando la vocación y cuando te das cuenta eres un maestro.
—¿Qué piensas de Song Il Park?
—Del primero al quinto dan fue con Kwan Jan Nim (maestro de maestros) Park. Todo lo que yo sé lo aprendí de él. El enseñaba muy duro, ya que venía con la escuela oriental pura y demoré seis años en llegar a cinturón negro.
Lo veo como un guía en este recorrido que empecé y siempre le voy a tener unagradecimiento especial.
Todo lo aprendí de mi maestro Song Il Park.
—Tienes tu academia, ¿como ha sido todo?
—Ha sido enriquecedor. Luego de 23 años con mi maestro y ya siendo 5 dan, tomé la decisión de abrir mi academia. La parte que me preocupaba era lo comercial, ya que uno no abre una escuela para perder dinero.
Pero mis alumnos me ayudaron para buscar el local, otro se ofreció a dar la clase de los niños, o sea, ya no tenía excusa.
Tengo un concepto de familia y eso lo aplicamos en la academia. Fíjate, hacemos eventos fuera de la academia como hapkido camp familiar. Esa es nuestra misión, hacer familias más fuertes.
Ya dentro de la academia uno tiene el apoyo de cada persona que llega buscando este estilo de vida.
—¿Tú recorrido para llegar a sexto dan?
—Nosotros llegamos hace poco del Korea Trip y nos dimos cuenta que el nivel panameño está bien alto.
¿Cómo se adquieren los dan?, a base de sacrificio, técnica, constancia y cumplir con un currículo de técnicas y prácticas.
Después del quinto dan tienes que tener una academia y estar pendiente de tus alumnos. En resumen, es por la trayectoria que has tenido en este arte marcial.
—¿Cómo fue Korea Trip?
—Esto es una actividad bi-anual que organiza la World Kido Federation y la Hanminjok Hapkido Association.
Estas son dos organizaciones hermanas y del mismo maestro, In Sun Seu, décimo dan. Participaron Estados Unidos, Canadá, Brasil, España, Suecia, Turquía, Korea, entre otros.
Nosotros fuimos con una delegación de 16 hapkidocas y tres compitieron, logrando una medalla de plata y una de bronce.
La Academia Panameña de Hapkido tiene solo cuatro años y medio, y lograr dosmedallas en un mundial es algo que me llena de orgullo.
Rolando Vergara hijo quedó segundo en armas y Jacqueline Obediente tercera en técnica de defensa personal. Estoy muy orgulloso.
Realmente aprendimos mucho allá y vivimos una gran experiencia.
—¿Cómo definirías el hapkido?
—Hapkido es mi forma de vivir. Es mi disciplina, el complemento que tengo. Hay tres cosas en mi vida que debo balancear: mi familia, el trabajo y mi salud, y es allí donde entra el hapkido.
Realmente me quita el estrés y me ofrece ese balance que tengo.
Fíjate, mis dos hijos practican conmigo y mi esposa me apoya en todo. Nosotros disfrutamos tiempo juntos. Pienso que esa es la clave de todo.
—¿Cual sería tu consejo para la juventud?
—Lo más importante es que se mantengan alejados de las drogas y siempre tengan la menta clara en una educación completa. Me gustan las artes marciales, en especial el hapkido, y recomiendo la práctica de un deporte.
Mira, mis hijos practican fútbol y también hacen artes marciales. Es importante hacer deportes, ya que un cuerpo sano lleva a una mente sana.
