El astro brasileño Kaká se sometió finalmente a una artroscopia en el menisco izquierdo en medio de una gran polémica pues los médicos de la selección conocían sobre su malestar.
“Siempre dejé claro que (la rodilla) molestaba un poco”, aclaró Kaká al portal Globo Esporte cuando abandonaba ayer, viernes, la clínica en Amberes, Bélgica, donde fue intervenido por el cirujano Marc Martens.
“La rodilla ya me dolía desde hace algún tiempo pero no sabía que era tan importante. Decían que la pubalgia (su antigua molestia) generaba dolores en otras partes (del cuerpo). Empecé a sentir (el dolor en la rodilla), incluso antes del Mundial, y siempre dejé claro que me molestaba un poco. Todos sabían, pero pensaban que se debía a la pubalgia”, agregó.
Las dudas sobre si Kaká, principal figura de la selección brasileña, tenía condiciones de participar del Mundial de Sudáfrica, volvieron a surgir tras la cirugía, sobre todo cuando el doctor Martens afirmó que “se le forzó mucho” en el Mundial. “Su carrera ha corrido serio peligro”, dijo el médico en declaraciones que publicó ayer el diario español Marca.
El médico de la selección brasileña de fútbol, José Luiz Runco, difirió de su colega y en declaraciones al mismo medio negó que el jugador haya sido forzado durante el Mundial.
Según Runco, Kaká se quejó de dolores en la rodilla “en la última semana” de la participación de Brasil en el Mundial, interrumpida el 2 de julio pasado con la eliminación en cuartos de final tras caer ante Holanda por 2-1.
“Kaká sólo se quejó de la rodilla en la última semana. No hubo riesgo, en absoluto. Se quejó de un dolor en la parte lateral de la rodilla, y yo le dije que tendríamos que observar”, afirmó el galeno, quien agregó que el jugador no pidió estar en la reserva en ningún momento.
Runco recordó que Kaká ya llegó a la concentración “muy malo” con problemas en el abductor derecho. “Llegó con un problema muscular y trabajamos duro para recuperar al jugador.

