La edición de 2006 del rally Dakar no ha escapado de la polémica que suele rodear la carrera de aventura más famosa del mundo, empañada este año por tres muertes que elevan a 48 el número total de decesos de la prueba inaugurada en 1979.
Este año han sido dos espectadores y un piloto los que han dejado la vida en las pistas desiertas del Dakar y con ellos se han vuelto a levantar las voces críticas con la carrera que, pese a gastar la mayor parte de su presupuesto en seguridad, no logra detener el goteo constante de muertes.
Diversas organizaciones ecologistas acusan a los directivos de la carrera de querer hacer negocio a costa de la pobreza de los países que atraviesa y de no tener en cuenta la vida de sus habitantes.
Los organizadores, por su parte, insisten en que los accidentes son difíciles de evitar y piden una mayor colaboración a los países implicados para reducir los riesgos.
Aseguran, además, que cada una de las muertes registradas en esta edición se produjo en condiciones diferentes y que en ningún caso puede acusárseles de falta de precaución.
En el caso del piloto australiano Andy Caldecott, el director del Dakar, Etienne Lavigne, aseguró que su muerte entra dentro de los riesgos lógicos del rally.
En cuanto a los dos espectadores fallecidos, Lavigne destacó el incremento de la colaboración con los países que atraviesa el rally y señaló que se trabaja para evitar estos casos.