Cuidada por una familia de acogida durante su infancia y agredida sexualmente en la adolescencia, Simone Biles había superado todos los obstáculos para llegar a la cima de la gimnasia, antes de mostrar su fragilidad en el concurso general por equipos de Tokio 2020, que abandonó ayer, martes, después de una mala actuación en salto.
Luego de haber superado a los 22 años el récord de la leyenda bielorrusa Vitaly Scherbo (23) con 25 medallas en la escena mundial, 19 de ellas de oro, la estadounidense es una de las estrellas de los Juegos Olímpicos de Tokio, 5 años después de sus 4 medallas en Río.
Pero, pocos se esperaban que se viniera abajo delante de todos y no pudiera continuar junto a sus compañeras: “No tengo tanta confianza en mí como antes. Tengo la impresión de que ya no puedo disfrutar como antes”, reconoció.
Explicó que su retirada del concurso por equipos se debió a “demonios en la cabeza” y resaltó su intención de cuidar su “salud mental”.
“Desde que entro al tapiz, estoy yo sola con mi cabeza, tratando con demonios en mi cabeza (...) Debo hacer lo que es bueno para mí y concentrarme en mi salud mental y no comprometer mi salud y mi bienestar”, explicó.
Sigue siendo la mejor gimnasta de todos los tiempos, una denominación que ella misma acepta al llevar en sus mallas la cabeza de una cabra de lentejuelas, o goat en inglés, un juego de palabras con GOAT (Greatest Of All Time), que distingue al mejor deportista de todos los tiempos en su disciplina.
Nunca, antes de ella, una gimnasta había logrado cinco coronas mundiales en el concurso general. “A veces me pregunto cómo lo hago, me gustaría poder salir de mi cuerpo para verlo con mis propios ojos”, confiesa.
Más atlética, más potente, la pequeña bomba estadounidense (1,42, 47 kg) vuela por encima de todas. Cuatro acrobacias –dos en suelo, una en la barra y otra en salto– llevan su nombre.
Para seguir llevando más allá los límites, tiene en la manga una nueva acrobacia en salto, que ninguna mujer ha realizado antes que ella.
Cuando la pequeña Simone descubrió la gimnasia con seis años en una excursión escolar, fue inmediatamente captada por un entrenador. Podría parecerse a un cuento de hadas, pero no lo es porque Biles, nacida en Ohio, convivió en sus primeros años con una madre “dependiente del alcohol y las drogas”, que “entraba y salía de prisión”, por lo que ella y sus tres hermanos acabaron en una familia de acogida.
“Mis abuelos me salvaron”, dijo de Nellie y Ron Biles, a quienes considera como sus padres y que cambiaron el curso de su historia al adoptarla, así como a su hermana pequeña.
Con ocho años, Biles tuvo un encuentro decisivo con Aimee Boorman, la entrenadora que la llevaría a lo más alto, su “segunda mamá”, que velaría por su equilibrio tanto en los aparatos como en la vida.
Rusas ganan competencia de gimnasia por equipos
Rusia, que compite bajo bandera neutral como sanción por sus escándalos de dopaje, ganó ayer el concurso general por equipos femeninos de gimnasia artística de los Juegos Olímpicos, por delante del defensor del título Estados Unidos (EU), que se vio mermado por el abandono de la estrella Simone Biles.
Un día después de la victoria del equipo masculino de su país, las rusas dominaron ampliamente, con 169.528 puntos, por delante de Estados Unidos (166.096) y de Gran Bretaña, que fue bronce.
“Simone se ha retirado de la competición por equipos por razones médicas. Serán realizados diariamente exámenes para determinar si puede recibir la luz verde médica para las competiciones que vienen”, dijo la federación de EU.

