MEMPHIS, EU (AFP). - Como las buenas películas de suspenso, la pelea que sostendrán el sábado en Memphis (estado de Tennesse) el británico Lennox Lewis y el estadounidense Mike Tyson, por el título mundial de los pesos completos, mantendrá a los espectadores a la expectativa hasta el campanazo final.
Lewis defenderá sus coronas de campeón del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y la Federación Internacional de Boxeo (FIB) ante Tyson, primer retador de ambas organizaciones, en un pleito largamente esperado y que promete romper los récords de taquilla y del sistema de televisión de pague por evento.
Para muchos fanáticos del pugilismo, la emoción en torno al pleito no estará tanto en la calidad del esperado combate --que promete ser una guerra a muerte según el fuego de palabras cruzadas entre ambos bandos-- como en lo imprevisible del carácter de Tyson.
El Iron Man subirá al encordado contra dos rivales, Lewis y él mismo, y con todos los ojos puestos sobre él, debido a la fama de conflictivo que se ha ganado por su comportamiento dentro y fuera del encordado.
A sus 35 años, Tyson es una bomba de tiempo sobre cualquier ring y aunque ya no es ni la sombra del fogoso boxeador que en 1986 se convirtió en el más joven campeón mundial de todos los tiempos, mantiene una alta cuota de preferencia en los fanáticos debido a sus excentricidades.
Odiado y amado, criticado y alabado, Mike Tyson intentará reconquistar una corona que podría ponerlo al nivel de inmortales de esta división como Muhammed Alí o Joe Louis.
El está llamado a ser uno de los grandes púgiles de todos los tiempos, expresó Bill Clayton, el hombre que dirigió la carrera del norteamericano en la década de los 80, y quien está firmemente convencido de que los problemas de su ex pupilo comenzaron desde que se asoció con Don King, el controvertido promotor estadounidense.
La impredecibilidad ha sido el mejor pasatiempo de Tyson, quien pasó tres años en prisión por violar a una reina de belleza, se ha visto envuelto en bochornosos incidentes como la mordedura de oreja a Evander Holyfield, en una pelea de campeonato mundial y otros hechos violentos que le han llevado a entrar y salir de la cárcel casi con la misma frecuencia con que brinca sobre las cuerdas del cuadrilátero.
Para este pleito con Lewis ha dejado ver lo díscolo de su carácter, cuando primero casi arruina una pelea millonaria al provocar una trifulca en una rueda de prensa en Nueva York y, luego, con sus repetidas declaraciones de que su único plan contra el británico será salir a matarlo.
Quiero matar a Lennox Lewis y voy a noquearlo antes del quinto, dijo Tyson.
La afición ha reaccionado con entusiasmo a esta pelea, pero los apostadores se muestran cautelosos.

