Los últimos 25 años en el béisbol de las Grandes Ligas son clasificados como la era de los esteroides. Entre investigaciones y confesiones muchos peloteros han quedado marcados con el sello de la trampa, por usar sustancias para mejorar su rendimiento.
Desde que Major League Baseball (MLB) inició los controles antidopaje se ha sancionado a innumerables peloteros. Pero las estrellas de este deporte que han confesado el uso, y las otras que lo niegan, pero que están en una lista del Senado tras una investigación como consumidores de esteroides, no han sido sancionadas.
Quizás el castigo que recibirán será el no poder ingresar al Salón de la Fama, una puerta que ellos cerraron con su comportamiento inadecuado.
Mark McGwire, un fuerte toletero de los Atléticos de Okland y Cardenales de San Luis, tiene más de seis años desde que se retiró del béisbol y en dos postulaciones anteriores para ingresar al selecto club no ha pasado del 25% de los votos.
¿Por qué será? McGwire es uno de los peloteros señalados en el uso de esteorides, algo que en reiteradas ocasiones él ha negado.
En enero próximo se definirá si en esta tercera postulación obtendrá el apoyo de la crítica especializada en béisbol.
El futuro para otros peloteros parece ser similar. Ya se habla de que Roger Clemens, cinco veces ganador del premio Cy Young, podría no ser tomado en cuenta por los escritores del béisbol por este escándalo.
“Mediante su abogado, Clemens ha negado que haya consumido drogas ilegales. Pero algunos tienen ahora más dudas, después de que su ex compañero de equipo y amigo Andy Pettitte admitió que probó la hormona del crecimiento humano”, destacó recientemente la agencia AP.
Así como Clemens hay otras figuras de la MLB que tendrán un camino tortuoso para ser considerados a la inmortalidad por este caso. Entre ellos están Barry Bonds, Jason Giambi, Samy Sosa, Rafael Palmeiro, entre otros.
Bonds ya se está quejando de que hay una conspiración para no contratarlo. Asegura que no se ha retirado y que tiene para demostrar sus buenas condiciones. El líder en cuadrangulares en la historia de las mayores (762) no consiguió trabajo en la pasada temporada.
A sus 42 años, el ex jardinero de los Gigantes de San Francisco todavía enfrenta cargos por mentir sobre el uso consciente de esteroides.
El cubano Rafael Palmeiro era uno de lo señalados, algo que él negó. En agosto de 2005, jugando para los Orioles, fue suspendido por 10 días al dar positivo en el consumo de esteroides.
Se defendió señalando que quizás una inyección de vitamina B fue la causante y que nunca ha usado esteroides para sacar ventaja.
Después de finalizada la tamporada, Palmeiro no recibió ofertas para jugar y fue un retiro disimulado. Quedó a 33 imparables (3,020) de empatar al panameño Rod Carew para ser el latino con más hits en las mayores.
Destapó la olla
Las sospechas eran muchas, pero José Canseco publicó un libro en febrero de 2005 que fue una caja de Pandora. Narró cómo él y otras estrellas se inyectaban esteroides para ser más fuertes. McGwire, Giambi, Iván Rodríguez y Juan González estaban en su lista de consumidores de sustancias para mejorar el rendimiento. Un año después MLB designó al ex senador George Mitchell para que iniciara una investigación del caso.
Pasaron 20 meses cuado llegó el reporte final donde Mitchell revela una lista de más 80 peloteros señalados como consumidores.
Las pruebas antidopaje se han incrementado desde entonces como parte de las recomendaciones del reporte para combatir este problema. Los resultados hasta cierto punto han sido buenos. En 2008 no se reportaron casos positivos en las Grandes Ligas. En ligas menores fueron 69 casos.
Al final, la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos es la que decide quién pueden ser tomados en cuenta o no para el Salón de la Fama.
El juicio de ellos inclinará la balanza sobre lo que pesa más, las estadísticas o la moral. (Con información de servicios internacionales)

