En medio de dos aguas navegan las proyecciones de crecimiento económico de Panamá. Por un lado, Verónica Zavala, gerente en nuestro país del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), tomó en cuenta la proyección del Fondo Monetario Internacional, que anticipa para el mediano plazo una recuperación de la economía nacional en torno al 5.5%, después de haberse situado en 3.7% hace dos años, y en un estimado de 4% en 2019.
Sin embargo, recordó, “hay razones para ser precavidos”, debido a las valoraciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) o Moody’s, que anticipan “tasas menores de crecimiento a las del Fondo” Monetario.
Las proyecciones sintetizan el encuentro empresarial realizado ayer por el diario La Prensa titulado “Visión 2020”, que tuvo expositores de los sectores público y privado. Del ámbito oficial estuvo Hectór Alexander, ministro de Economía y Finanzas, y el canciller Alejandro Ferrer. De la esfera particular, Rodrigo Diehl, CEO de Millicom, y Verónica Zavala.
El ministro Alexander remarcó la intención del Gobierno de “construir las bases para producir una consolidación económica”, por lo que se espera un “crecimiento mínimo de 4%”.
En los incrementos económicos aludidos, sostuvo el canciller, es necesario “rescatar” la imagen del país en el exterior, y frente a instituciones como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, y promover el stock de bienes y servicios en más países y atraer más inversiones.
“Nuestra misión es cumplir un mandato de promoción política en el exterior que defienda los intereses nacionales, que responda a la agenda de Panamá en representación de todos los panameños, y recuperar el prestigio del país en el exterior”, ponderó el canciller.
Añadió que debe “reorientarse la política exterior” para que los productos panameños “conquisten otros mercados”.
En el contexto local, las tecnologías de la información y las comunicaciones son un sector que empieza a apalancar el crecimiento. En este contexto, Panamá tiene las condiciones para ser un hub de negocios digitales, resaltó Diehl, quien profundizó diciendo que “estamos hablando de que dos tercios o más de la población están conectados”.
Sustentó esta observación en que en Panamá cada vez hay más celulares conectados y en que dicha conectividad se aprecia en artefactos como acondicionadores de aire, zapatos o refrigeradoras. El gran reto, por lo tanto, es determinar “cómo aprovechar” estas oportunidades tecnológicas y el aumento progresivo en el consumo de datos. Estas dinámicas deben aprovecharse para “volver más inteligentes las ciudades; mejorar la gestión de gobierno; aumentar los programas de educación; y digitalizar los procesos de las empresas”, enumeró Diehl.

Los sectores
Zavala valoró los aportes de la minería este año, el primero en que Cobre Panamá opera durante 12 meses, y que, según Alexander, podrá generar un impacto de hasta un 1% adicional al crecimiento del producto interno bruto (PIB).
La representante del BID resaltó la construcción de la tercera línea del metro, un proyecto cifrado en unos $2,507 millones, y la construcción del cuarto puente, el cual está en proceso de rediseño y que tiene por ahora un costo de $1,518 millones.
Recordó la vigencia de la ley de Asociaciones Público Privadas, sobre las que dijo: “Pueden darle un impulso a la actividad inversora”.
Sobre el alcance práctico de esta norma sostuvo que “este gobierno maneja un pipeline (o menú) inicial que ya bordea los $2,000 millones”.
En contraste, el país deberá prevenir el impacto de “factores exógenos”, como las tensiones comerciales, el menor dinamismo de la economía mundial y los efectos climáticos, que en el caso de Panamá deterioran los recursos hídricos del Canal.
Alexander ya observa la posibilidad de reducción de los aportes del Canal al Tesoro Nacional, como resultado de menores tránsitos y mayores inversiones en proyectos que necesita la vía acuática para garantizar agua.
Aseguró que se ha calculado una reducción en los aportes “que el Estado dejará de percibir por concepto de la reducción del tonelaje de tránsitos”, considerado este “el segundo componente de ingresos provenientes” de la vía interoceánica.
Aunque matizó diciendo que la primera vía es el pago de dividendos, la cual no se verá afectada. “Vamos a revisar la cifra con ellos (el Canal), pero creemos que podemos manejarla. Lo importante es saber esa cifra desde ahora, para poderla manejar”, profundizó.
El déficit
Entre los factores internos esbozados por Zavala que echarían por la borda parte de la recuperación económica, se halla “especialmente la incertidumbre en el sector inmobiliario y el menor espacio fiscal”.
El límite de déficit establecido en la Ley de Responsabilidad Social Fiscal para 2019 fue el 3.5% del PIB, mientras que en 2020 deberá bajar a 2.75%. De manera que debe continuar una senda de ajuste que lo llevará al 2% en 2022.
“Significa esto que en 2020 el espacio fiscal será menor, y de hecho el presupuesto de este año contempla una caída del gasto de alrededor del 1.4%, sobre un gasto que ya fue recortado en julio de 2019, en unos $1,500 millones sobre el presupuesto original”.
Alexander especificó cómo el Gobierno ha manejado los déficits fiscales anteriores a 2019. El gasto ocasionado por el pago de deudas acumuladas con proveedores se distribuyó según los años en que fueron causadas estas obligaciones, y por ende se incrementa los déficits fiscales entre 2014 y 2018.
De 2018 hacia atrás, había cuentas por pagar por el orden de $1,415 millones, una cifra equivalente al 2.1% del PIB. Al verse reflejadas en balances fiscales diferentes a 2019, no se resentirán las cuentas del año pasado. “El tamaño del presupuesto lo redefinimos —que es una forma de decir que recortamos el presupuesto—, por un poco más de $1,500 millones. Eso es un reajuste”.
Sobre el destino y las finanzas de la Caja del Seguro Social, en específico del programa de Invalidez, Vejez y Muerte, Alexander adujo: “Tomaremos decisiones respecto del Seguro Social, como gobierno responsable. Hemos conversado con el Fondo Monetario Internacional y las calificadoras”.
Tales esfuerzos apuntarían al bienestar de la población, pues Zavala recordó que otro reto importante es la cohesión social. “Las brechas urbana y rural han disminuido en Panamá, pero la pobreza sigue siendo el doble en la población rural (41%), que en el conjunto del país”, comparó.

